Valle Nuevo no es la Madre de las Aguas

Valle Nuevo no es la Madre de las Aguas

La verdadera Madre de las Aguas es la cordillera Central

La cordillera Central es la verdadera Madre de las Aguas, el Parque Nacional Valle Nuevo es la porción más importante de esa denominación territorial. No es un mero asunto de nombre sino del enfoque actual y futuro que deben tener la conservación y manejo de la cordillera Central, la principal reserva hídrica del país y fuente importante de recursos biológicos y ecoturísticos. Promover una sola área protegida como equivalente a la región es contraproducente y choca con iniciativas interesantes ya en marcha.

Veamos un poco de historia. El nombre de Madre de las Aguas fue dado por personajes de mi novela histórica y ecológica titulada Madre de las Aguas, publicada en la editora Amigo del Hogar, en 1999 y reeditada como La Sonrisa de la Montaña, en el 2011. Esos personajes se inspiraron en una idea obsesiva planteada por el ingeniero hidráulico José Luna, desde 1939 hasta su muerte en 1975, de establecer una gran zona de conservación y manejo que impidiera el deterioro de los recursos naturales de la cordillera Central.

El contenido de la novela revivió la necesidad de garantizar el suministro de agua de las montañas vía la protección de ecosistemas claves. A finales de los años noventa, la República Dominicana fue pionera en llevar a la planificación sobre el terreno el concepto de ecorregión, con fines de enfocar el manejo de varias áreas protegidas con características y problemas similares. La justificación era y sigue siendo que hay ecosistemas y objetos de conservación que no pueden encapsularse en los límites físicos de una sola área protegida. Por tanto, en esa región se deben aplicar estrategias de conservación y manejo que beneficien el conjunto de ecosistemas y objetos de conservación.

En base a ese concepto ecorregional, estudios realizados por la Dirección de Parques Nacionales, Fundación Progressio, Fundación Moscoso Puello, Pronatura y Jardín Botánico Nacional, con el apoyo de The Nature Conservancy, sirvieron para proponer una ecorregión que en principio abarcara los parques nacionales Juan B. Pérez Rancier (Valle Nuevo), José del Carmen Ramírez, Armando Bermúdez, Nalga de Maco y la reserva científica Ébano Verde. O sea, al unir áreas protegidas cercanas mejorábamos el impacto de las acciones de conservación de los recursos naturales, pero también tratábamos de conciliarlos con el desarrollo sostenible. El nombre propuesto fue Madre de las Aguas, que caló en la mente y el habla del sector medioambiental y muchos medios de prensa.

Con el apoyo de la Agencia de Cooperación Alemana GTZ, en 2007, se unieron en una asociación los municipios de Constanza, Jarabacoa, Jánico, San José de Las Matas y Monción para constituir la Mancomunidad de Municipios Madre de las Aguas, con el propósito de apoyar las acciones de conservación y manejo sostenible en este territorio. La intención era seguir involucrando otros municipios enclavados en la cordillera Central.

Otra iniciativa de gran importancia han sido los estudios retomados en 2019 por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales del país, con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para continuar con el documento propuesta que será sometido a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a fin de que la cordillera Central sea reconocida como la Reserva de Biosfera Madre de las Aguas.

Esas iniciativas regionales con el nombre de Madre de las Aguas reconocen la riqueza hídrica de la cordillera Central. El hecho de que en ella se hayan establecido 20 áreas protegidas con el propósito primordial de conservar las fuentes de las aguas, que son los bosques, además de otros recursos, revela la importancia este enfoque regional.

Ni por asomo restamos mérito al parque nacional Valle Nuevo, pero la verdadera Madre de las Aguas es la cordillera Central.

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