Valores bursátiles y renta fija EEUU son influenciados por la política

Valores bursátiles y renta fija EEUU son influenciados por  la política

Mohamed El-Erian, el principal asesor económico de Allianz y expresidente del Consejo de Desarrollo Global de la Casa Blanca, cree que los movimientos post electorales de los valores bursátiles y de renta fija estadounidenses han estado fuertemente influidos por la política. Primero subieron con fuerza, para detenerse poco después en una fase de consolidación.
«Ahora los mercados han entrado en un periodo de mayor volatilidad, respaldado por una lucha entre las expectativas de políticas reflacionarias (conjunto de acciones dirigidas a incrementar la demanda y la creación de empleo) y el riesgo de caer en la estanflación».
El lugar en el que terminen los mercados en EEUU será una cuestión meramente política.
Fase I: Mercados eufóricos. La fase eufórica de los mercados comenzó a primera hora de la mañana del 9 de noviembre, cuando el presidente electo, Donald Trump, dio su primer discurso. Esta fase duró hasta mediados de diciembre.

Las declaraciones de Trump en el Hotel Hilton fueron conciliadoras en el tono, y estuvieron notoriamente a favor de políticas procrecimiento. Estas declaraciones «calmaron a los mercados, que habían estado preocupados por la retórica de su campaña, en especial cuando se trataba de la imposición de aranceles sobre China y México, el desmantelamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y a cancelación de acuerdos de comercio bilaterales. Comenzó lo que resultó ser una impresionante subida del mercado que registró récords para los índices principales».

De modo que según El-Erian, «la primera fase fue alimentada por las expectativas de que, después de años de frustrante estancamiento en el Capitolio, el presidente y las mayorías republicanas en ambas cámaras del Congreso trabajarían de forma constructiva para liberar el potencial de la economía estadounidense».

Los mercados interiorizaron las expectativas de crecimiento e inflación provocadas por las medidas políticas, y su repercusión en forma de mayores ingresos corporativos y un mayor poder de fijación de precios. También se esperaba que las acciones recibirían un impulso por una mayor actividad de recompra, gracias a las políticas que animaban a las compañías a repatriar dinero acumulado en el extranjero. Todo ello también alimentó el fortalecimiento del dólar y de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos.

Fase II: Mercados en consolidación. Desde mediados de diciembre hasta la investidura de Trump el 20 de enero, las acciones se movieron en un rango mucho más estrecho, mientras que los mercados estaban a la espera de información sobre el plan de Trump y su implementación. El dólar perdió parte de las alzas registradas y los rendimientos de los bonos también retrocedieron, explica el asesor jefe de Allianz en Bloomberg.

Fase III: Mercados más nerviosos. Después de la investidura, los mercados se volvieron más inquietos, con movimientos de subidas y bajadas más pronunciados, dependiendo de los últimos indicadores de política.

Por ejemplo, la señal, la orden ejecutiva sobre los polémicos oleoductos llevó a los índices principales a nuevas cifras récord; entre ellos, el Dow Jones logró superar los 20.000 puntos.

«Por otro lado, las preocupaciones acerca del proteccionismo, avivadas por los rumores de un arancel de un 20% sobre México o el veto a la entrada de ciudadanos de siete países, han hecho caer las acciones. En ambos casos, las alteraciones fueron mayores de las que se experimentaron en la segunda fase», asegura Mohamed El-Erian.

¿Qué pasará en la siguiente fase?. Hay una cuestión más importante en juego, y sus implicaciones van mucho más allá de los mercados financieros. Según las medidas que termine adoptando Donald Trump, «la economía podría acercarse a un punto de inflexión: una reflación beneficiosa o una estanflación dañina».

De forma concreta, la implementación de una serie bien diseñada de políticas, construidas en torno a las tres iniciativas más repetidas del presidente (reforma fiscal, desregulación e infraestructuras), desatarían fuerzas reflacionarias que confirmarían la valoración actual de activos, y podría llevarlos mucho más arriba, si el resto del mundo también mejorara su conjunto de políticas.

«Pero si Estados Unidos cayese en el proteccionismo y las guerras comerciales, los mercados perderían gran parte de sus recientes ganancias, y, quizá, incluso podrían registrar una caída mucho mayor», explica este experto en finanzas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas