En medio de tantas calamidades que preocupan a nuestra ciudadanía, una tragedia y sus envolventes consecuencias han sacudido profundamente el sentimiento de todo el país: la pérdida de una figura tan valiosa, tan respetada, que sobresale en nuestra historia reciente, el excombatiente constitucionalista de la gesta de abril del 1965 y de tantos enfrentamientos por los principios de la dignidad dominicana: Claudio A. Caamaño Grullón.
El accidente automovilístico, ocurrido en horas de la tarde del 20 de marzo retropróximo, 2016, en el tramo de la carretera Pizarrete-Baní, y sus consecuencias, revela las precariedades que afectan multitud de servicios importantes/urgentes, en medio de los cuales se imponen las prestaciones en pro de garantizar la salud, integridad y preservación de la vida de toda persona apremiada de estas y de otras asistencias y cumplimientos.
En efecto, el 21 de marzo pasado, tan pronto el Ministerio de Salud Pública recibió información del accidente sufrido por Claudio Caamaño Grullón y las “circunstancias en torno al proceso de procuración de atenciones el Ministerio inició las investigaciones de lugar el martes 22 y, mediante el oficio No. 003948, del miércoles 30 de marzo del 2016, dispuso integrar una Comisión Técnica Interdisciplinaria para la investigación e informe acerca […] de un evento de salud de esta naturaleza.
Dicha Comisión Técnica Interdisciplinaria fue conformada por la Ministro de Salud Pública, Dra. Altagracia Guzmán Marcelino, de la siguiente manera: un cardiólogo-internista, un traumatólogo y un cirujano torácico; especialidades médicas requeridas en casos como éste.
La Comisión oficial rindió su informe el cuatro de abril de este año, 2016, que se publicó in extenso en varios periódicos nacionales. El documento incluyó la relación acerca de pormenores de tan lamentable accidente. En dicha pieza el Ministerio avanza decisiones adoptadas y las medidas que se tomarán para superar las deficiencias, inobservancias e irregularidades que ocasionan la incapacidad y negligencias en esos casos.
La prensa del jueves 14 de abril del 2016 informó acerca de ampliación de las investigaciones acerca de la ampliación de las investigaciones, para precisar comportamientos y descuidos frente a las órdenes legales y facultativas que debieron agotarse en el caso.
Con todo, queremos decir que el informe requerido por el Ministerio correspondiente agotó las investigaciones presentadas al momento y elaboró un documento bien organizado, con desarrollo expositivo adecuado, con claridad, corrección gramatical y buena puntuación.
Una sola vez estuve cerca de Claudio Alberto Caamaño Grullón. Fue una visita a mi hogar, en esta ciudad, llevado de la mano de un gran amigo y compañero de estudios en el nivel secundario. Digamos, de un hermano: Daniel Nicanor Pichardo Cruz, Nicanorcito o Nica, inolvidable, fallecido hace unos meses, quien estuvo largo tiempo en el cuadro de ejecutivos del Instituto Duartiano, ofreciendo servicios inestimables a la cultura de nuestra historia.
Muchos recuerdos, sí; pero pocas cosas nos separan. Cuestión de tiempo. Al hermano Nica le agradezco haberme permitido conocer y compartir con Claudio tantas inquietudes valiosas, imperecederas: ideales, dignidad humana, justicia social y algo de su pariente ¡Francisco Alberto, Caramba!, para quien he plagiado la canción de lucha y de estímulo de un cantautor argentino, Leonardo Favio, poeta, además, que creó y entonó:
“Amo el amor de quien amo. / ¿Qué más a la vida le puedo pedir? / Si cuando veo un preso me siento morir. “Soy soldado de mi pueblo¡ / y estoy orgulloso de mi General! / ¡Estoy orgulloso de mi General!”
Claudio: No sé si llegué a decirte aquella vez que yo, por mi parte, estoy orgulloso de mi Coronel. Estoy muy orgulloso de mi coronel, ciertamente. Ahí, en el rango de los comandantes está el plagio del cual ya hablaremos. Nicanorcito estará entre nosotros: ¡nunca ha fallado!