Valores y proyección de la obra de Pedro Mir

Valores y proyección de la obra de Pedro Mir

         Una última faceta de la escritura de Pedro Mir nos falta por situar. Me refiero a la  participación de Mir en el campo del periodismo. En 2000 apareció el libro Ayer menos cuarto (editado por Francisco Rodríguez de León), una recopilación de los ensayos y crónicas periodísticas escritos por Pedro Mir en La Nación, El Nacional y la revista  ¡Ahora! Mir fue, además de poeta, ensayista y periodista, un cronista de la realidad dominicana. Y sus crónicas presentan al poeta, al narrador y destacan al abogado, al refutador de ideas, al hombre de convicciones y al lector profundo. En ellas se cruzan la historia y la estética, la narrativa y la observación popular. En otras aparece el viajero, la nota autobiográfica o el comentario en primera persona. Creo que para conocer más al hombre que nos ha deleitado en sus entrevistas hay que  ir a las crónicas  que nos ha legado.

Y ahora preguntémonos ¿cuál es el valor de esta obra? Y debemos empezar mirando en la obra de Pedro Mir las vicisitudes de la República Dominicana. El poeta se confundió con el país cuando él dijo “hay un país en el mundo”, también significó que hay un poeta en el mundo. Y creo que no pueden verse el uno sin la otra. La significación de la obra de Pedro Mir, cuyos valores son innegables y lo van a mantener como una de las voces más preclaras de la literatura de América, está en su relación con la lucha de los pueblos americanos con la construcción de sus voces democráticas. Voces opacadas por las dictaduras, por las injusticias sociales y por la dominación neocolonial. Allí donde Neruda realizó el Canto general, Pedro Mir había puesto su Contracanto a Walt Whitman, uno de los poemas épicos fundamentales que marca esa relación dificultosa entre democracia y autoritarismo, independencia y dependencia.

         El discurso americanista de Mir puede ser visto dentro de los discursos identitarios que marcaron la obra de Martí, Sarmiento y José Enrique Rodó. Mir logra el canto americano, que no es posible en Santos Chocano y que de alguna manera aparece en la obra de Luis Llorens Torres. Pero su obra va más allá en su defensa de los pueblos del Caribe frente al poder de Estados Unidos que se matiza en El portaaviones “Intrépido”. Sé que algunos pensarán que esas son gestas pasadas. Pero un poeta social no puede estudiarse sin la sociedad que le dio vida a su poesía. Luego de caer las ideologías que le dieron vida y aliento a la obra de Pedro Mir muchos se preguntarán si tienen importancia o como se preguntó en varias ocasiones el poeta, si este esfuerzo valió la pena. Creo que las respuestas las hemos dado más arriba.

         La proyección de la obra de Pedro Mir ha sido más afortunada que la de otros creadores dominicanos. Ya sabemos que la publicación de sus poemas se inició con la ayuda de Juan Bosch en La Habana y con la ayuda del Comité de Solidaridad con los Pueblos en Guatemala. Ninguna de estas fueron publicaciones de casas editoriales reconocidas. Su intento de publicar en el 1952 su Contracanto en México fue fallido. Y es la editorial Siglo XXI  la que lo lanza a toda América con la publicación de una breve antología que aparece en 1973. De ahí en adelante,  la obra de Pedro Mir aparece en antologías, traducciones y estudios en las principales universidades de Estados Unidos.

         Varias tesis doctorales y de maestría dan testimonio de los valores que se encuentran en las obras de Pedro Mir. La de Víctor Fernández Fragoso (Fernández Fragoso, Víctor: De la noche a la muchedumbre: los cantos épicos de Pedro Mir, tesis doctoral, The University of Connecticut, 1978) es una profunda lectura de lo que él llama los cantos épicos de Pedro Mir. Fragoso estudia los textos principales del autor petromacorisano siguiendo un método que mezcla la crítica literaria moderna con el estructuralismo de los años setenta. Asimismo, José A. Santiago Pedrosa estudiante de Estudios Hispánicos, de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, presentó una tesis (Viaje a la muchedumbre de Pedro Mir: hay un poeta en el mundo, septiembre de 1979) con el objetivo de adquirir su título de Maestro en Arte de esa universidad. Dicho estudio está basado en la antología de la obra de Pedro Mir, publicada por la editora Siglo XXI. Esa obra se ha constituido en el medio que ha dado a conocer los trabajos poéticos de Mir fuera de su país. Santiago realiza un análisis en el que mezcla una serie de métodos críticos como son el estilístico y el estructural pasando por la teoría del arte como reflejo y como un compromiso del autor con los desposeídos.

         En el país debe hacer mención a los trabajos de José Alcántara Almánzar (Estudios de poesía dominicana, 1979), Bruno Rosario Candelier y Manuel Matos Moquete, quien publicó (Matos Moquete, Manuel: “Poética política en la poesía de Pedro Mir”, Cuadernos de poética, sep-dic, año V, No.13, 1978) un notable estudio sobre la poética política de Pedro Mir y ha puesto de manifiesto las implicaciones de una lectura política que tiende a reducir los valores poéticos en la poesía de Pedro Mir. Debo significar que los trabajos de Doris Sommers sobre la novela Cuando amaban las tierras comuneras,  muestran una lectura que intenta integrar toda la obra de Pedro Mir y ver algunos temas que podría ayudar a demostrar las hipótesis que la investigadora trabaja.

         Sin embargo, creo que los estudios que se han realizado en el país no han llegado a valorar completamente la obra de Pedro Mir y esto tiene como consecuencia que nuestro autor sea un poeta muy conocido en la República Dominicana, pero se ignora al ensayista y al narrador. Su novela Cuando amaban las tierras comuneras no ha tenido ediciones dominicanas y muchos de sus textos se reproducen a partir de las primeras ediciones y no tenemos datos estadísticos para analizar su difusión.

         Recapitulando algunas ideas, finalmente debo decir que ideológicamente la obra de Mir se enmarca dentro de luchas dictadura socialismo, fascismo/ democracia, dictadura democracia. Estos mismos ejes motivaron el trabajo de escritores como Pablo Neruda, Octavio Paz, Vallejo, Nicanor Parra y tantos otros que en semejantes condiciones hicieron de su obra un arma contra los negadores de las libertades de los pueblos. Reiteramos que su obra y su pensamiento no reniegan de su época. La relación que el poema y el poeta guardaron frente al poder se caracterizó por el cuestionamiento y la subversión -esto específicamente con relación a la dictadura de Trujillo-. Su deseo de afrontar el reto de ser un poeta social y el de ocupar el lugar dejado a destiempo por su compueblano Federico Bermúdez, llevan a Pedro Mir a convertirse en un investigador de la historia dominicana.

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