¡Vamos a gatear! Conozca los beneficios de esta acción temprana

¡Vamos a gatear! Conozca los beneficios de esta  acción temprana

Para cualquier padre es una gran emoción ver a su hijo gatear por primera vez. Nada como presenciar a su pequeño poner las manitas y pies en el piso, levantar el cuerpo e inclinar la cabeza hacia el frente para andar de un lado a otro. Además, para muchos esta es la señal que indica que en unos meses el bebé comenzará a caminar.
Pero el hecho de que una criatura se incline al gateo va mucho más allá. Esta acción no solo es importante durante los primeros meses de vida; también tiene efectos muy relevantes en la etapa adulta.
“El gateo es tan importante en la niñez como en la adultez de un ser humano, pues es el resultado de una evolución en el control del cuerpo que le permitirá mayor autonomía y constituye un gran avance para el nivel neurológico y de coordinación de una persona”, apunta la neuropediatra Dayana González.
Añade que gatear y arrastrarse facilita y ayuda al fortalecimiento y desarrollo de los músculos de los brazos, piernas, espalda, cuello, articulación y todo el cuerpo.

Grandes beneficios. A continuación la especialista en neurología infantil nos detalla a fondo los beneficios más significativos del gateo.
1. El gateo es una de las bases para el desarrollo cerebral y educativo del niño. Gracias al gateo se van creando las rutas de información neurológica entre los dos hemisferios. Esto quiere decir que va a facilitar el paso de información esencial de un hemisferio a otro, permitiendo la maduración de las diferentes funciones cognitivas.

2. Desarrolla el patrón cruzado, la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo humano.

3. Ayuda al progreso del sistema vestibular, de suma importancia para activar la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo, el desarrollo de esto permite que el bebé fomente su percepción, así el podrá saber a ciencia cierta dónde están todos y cada uno de los puntos de su propio cuerpo.

4. Permite estimular la convergencia visual. El proceso de convergencia es cuando el bebé enfoca ambos ojos en un punto a la distancia que atrae su interés. Se sabe por estudios optométricos que el gateo influye bastante en evitar problemas visuales a futuro.

5. El gateo permite al niño determinar el espacio que le rodea, con lo cual motiva su desarrollo neurológico obteniendo información del ambiente, lo que le permitirá ejecutar una interacción social.

6. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir. Por tanto, el gateo favorece decisivamente la aparición temprana de ambas funciones -leer y escribir- con los beneficios adicionales que ello conlleva intelectualmente.

Si nunca se gatea. La doctora González sostiene que el gateo es un acto que debe iniciar entre los seis y doce meses de vida. Y el no realizarlo puede acarrear consecuencias negativas.
“En un estudio realizado en 1987 en bebés que habían omitido las bases del arrastre se observaron problemas para seguir con los ojos una línea, carencia de expresión de los pensamientos e ideas, escrituras ilegibles, falta de coordinación ojo-mano, dificultad para agarre de la pelota…”, indica.

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