El retiro del Congreso Nacional de la propuesta de reforma fiscal del Gobierno y el anuncio presidencial de que no presentaría otra, sorprendió a varios sectores de opinión pública, incluyendo a entidades empresariales. Se esperaba, ciertamente, una reacción oficial ante el alud de críticas y observaciones técnicas razonables, pero se entendía que el camino que seguirían los técnicos y los políticos gubernamentales era buscar un punto de entendimiento.

Pero no fue así.

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Pasadas varias semanas, ahora estamos en un ambiente más tranquilo, más sereno, menos tenso y, por tanto, posiblemente en mejor ánimo para ubicarnos en una perspectiva que permita entender las dimensiones de la reforma presentada y las necesidades financieras reales del Gobierno y del país. Hay dos cuestiones importantes que están en el corazón de lo ocurrido. Por un lado, el Gobierno y la sociedad están convencidas de la necesidad que tiene el primero de disponer de más recursos financieros para aumentar las inversiones en servicios públicos como educación, salud, seguridad social y transporte. También para continuar con la capitalización del Banco Central y para terminar las obras públicas iniciadas.

La otra cuestión es la convicción pública de que la propuesta fiscal era muy profunda, sin gradualidad y muy radical tanto para la arquitectura productiva de la nación como para los músculos de los sectores medios y de menores ingresos, incluyendo aquí a las empresas y negocios ubicados en la clasificación de pymes. Son dos realidades atendibles y razonables, pero susceptibles de ser llevadas a niveles capaces de responder a los intereses sociales y gubernamentales.

Por eso creemos que el Gobierno y los empresarios y la sociedad civil deben explorar la búsqueda y presentación de una nueva propuesta de reforma fiscal. Una que permita al Gobierno recabar fondos adicionales para terminar las obras públicas iniciadas y atender los requerimientos del sector eléctrico y del Banco Central. Esta propuesta puede incluir, además, un horizonte para alcanzar en el futuro cercano otras mejorías tributarias.

Ojalá que esta propuesta sea considerada como posible.