Desde el inicio de la pandemia de covid 19, el turismo a nivel mundial ha tenido una caída estrepitosa y ha dejado grandes pérdidas para países como el nuestro, cuya principal fuente de divisas fuertes es precisamente la denominada “industria sin chimeneas”, la cual, junto con las remesas que envían nuestros compatriotas desde el exterior, han mantenido el cambio del dólar estable en los últimos años.
Sin embargo, en los últimos meses se ha venido desarrollando escaramuzas a veces violentas, entre los taxistas y las plataformas Uber y Didi al amparo de los taxistas que cubren los hoteles de la zona de Bávaro y Cap Cana, además del aeropuerto de Punta Cana, principales fuentes de turistas que visitan nuestro país.
Los choferes del aeropuerto de Punta Cana, respaldados por los taxistas que dan servicio a los hoteles ubicados entre las playas de Macao y Cap Cana en el Este, han impedido que los turistas de varios hoteles puedan abordar directamente taxis de las plataformas Uber y Didi, aduciendo discriminación y favoritismo en favor de dichas empresas extranjeras. Aducen, además, que las mismas no pagan impuestos como lo hacen ellos, verdad a medias, ya que los vehículos a los que hacen referencia, pagan placas, seguros e importes pagados vía tarjeta de crédito.
Los taxistas, en su empeño de impedir a los turistas abordar vehículos de las plataformas citadas, han obligado a los que se hospedan en los hoteles, a tener que caminar con sus maletas, a veces por un largo trecho, ya que con amenazas han impedido el abordaje en las marquesinas de los hoteles en que se hospedan.
¿Cuáles son los alegatos de los turistas para no abordar los taxis públicos? Los vehículos de plataforma están registrados, generalmente son conducidos por choferes bilingües, cobran una tarifa fija y luego en función de la distancia. Los conductores de Uber y de Didi tienen autos más nuevos y en mejores condiciones de movilidad. Cobran por tarjeta de crédito, lo cual permite identificarlos en caso de cualquier controversia.
Los taxistas locales han sido respaldados por el director ejecutivo del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), exdiputado Rafael Arias Ramírez, directivo del sindicato del senador de la provincia Santiago Rodríguez, Antonio Marte, quien no ha sido imparcial en su mediación, por lo cual ha perjudicado a los conductores de las plataformas. Esto equivale a poner la iglesia en manos de Lutero.
El director del INTRANT ha pretendido para la regulación de los involucrados que se registren en la organización que él dirige para la regulación del servicio por taxis, lo cual según el artículo 77 de la Ley 63-17, dicho registro debe hacerse en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), lo cual desmerece su condición de árbitro componedor en esta controversia.
Otra anomalía que se presenta es que la mayoría de los taxis turísticos no tienen medidores y muchas veces han abultado el cobro al pretender que el turista no tiene idea del valor del recorrido. Grave error. Muchos turistas son habituales de regresar en sus vacaciones y conocen el terreno donde se desenvuelven y comprueban que se les quiere esquilmar, sin tener a quien reclamar.
Para solucionar satisfactoriamente este impasse, es imprescindible que el presidente Luis Abinader nombre en INTRANT una persona idónea que no esté atada a sindicato de choferes, autobuses o camiones alguno, para que no se repita lo ocurrido este lunes, cuando viniendo de Bávaro se formó un tapón de más de seis kilómetros, con policías armados en medio de la pista, lo cual me tomó más de dos horas.
De seguro, que los turistas que se vieron atrapados por la acción de los sindicatos de taxistas, se llevaron una mala impresión. Ojalá, esto no sea el principio de inconformidades para nuestros visitantes y que no sea el inicio de matar la gallina de los huevos de oro.
Director del Intrant está vinculado a Conatra, el sindicato de Antonio Marte
Pretende taxistas se inscriban en la organización que él dirige
El Intrant no debe dirigirlo nadie ligado a sindicatos de transporte