Vandalismo

Vandalismo

Las demandas canalizadas a través de métodos violentos siempre han dejado grandes perjuicios económicos y sociales en este país, y eso es historia patria sobradamente aprendida.

Los actos de vandalismo cometidos en Licey al Medio no son una excepción y las consecuencias ya son cuantificables y lamentables.

Aparte de que ha habido heridos y detenidos, la producción, principalmente la avícola, así como el comercio en sentido general, han resultado seriamente perjudicados.

Los productores avícolas ya empiezan a acusar pérdidas económicas por el hecho de que los pollos aptos para ir al mercado no han podido ser sacados de las granjas, pero siguen consumiendo alimentos y demandando atención.

La situación ha perjudicado también a los trabajadores de granjas, empresas,  y comercios.

No tiene razón de ser que se genere tanto perjuicio por la canalización violenta de una demanda para que el Gobierno construya obras viales y que sea libertado un acusado de homicidio, cuando por medios pacíficos y civilizados se han ganado causas de más valía. Sería descabellado mantener esta situación y amenazar

con propagarla a Navarrete y otras comunidades.

Las demandas podrían ser justas y razonables, pero los métodos para canalizarlas les restan méritos y seriedad porque causan mortificaciones que han podido ser evitadas.

Alerta

La necesidad de hacer más estrictos los requisitos para constituir empresas privadas dedicadas al servicio de seguridad y vigilancia ha sido puesta en claro una vez más, al inculpar la Policía Nacional a seis miembros de una empresa de esta naturaleza, incluyendo tres de sus ejecutivos, de haber planificado y ejecutado el asalto contra una joyería y el asesinato de una empleada y un vigilante.

Y es así, porque además de las imputaciones, ha salido a relucir el hecho de que uno de los acusados, prófugo aún, fue ingresado a la compañía con datos falsos.

Este caso bochornoso, que ha consternado a la sociedad, no ha sido el único en que se han visto involucrados guardianes privados. Salvando las honrosas excepciones, que las hay, han sido muchas las empresas de esta especialidad que se han visto cuestionadas, ya sea por las conductas de algunos de sus miembros, como por las rudas condiciones de trabajo a que son sometidos los vigilantes.

Definitivamente hay que revisar minuciosamente las normas que se aplican como requisitos para permitir la formación de empresas de seguridad y vigilancia. Deben ser más rigurosos los requisitos para poder ingresar a estas empresas, pues es necesario que las personas a ser reclutadas acompañen sus solicitudes de datos relacionados con su estado psicológico, certificaciones sobre conducta social, condiciones en que fueron dadas de baja de institutos castrenses o la Policía Nacional y otra documentación que permita evaluar los perfiles de los aspirantes.

La vida y los intereses de muchas personas y empresas se ponen a diario a merced de estos vigilantes y eso obliga a tomar todas las medidas de seguridad necesarias.

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