Vargas Llosa dice literatura latinoamericana «goza de buena salud»

<P>Vargas Llosa dice literatura latinoamericana «goza de buena salud»</P>

MANAGUA (EFE).- El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa dijo ayer que la literatura latinoamericana «goza de muy buena salud», con fenómenos como el renacimiento de la novela histórica, que ha cobrado auge entre los escritores contemporáneos.

«Creo que la literatura latinoamericana goza de muy buena salud y que hay constantemente una renovación y reaparición de nuevas figuras de un extremo a otro del continente, y la prueba es la multiplicación de editoriales y ferias literarias por todo el continente», declaró Vargas Llosa a medios locales y extranjeros.

El autor de «La ciudad y los perros» se encuentra en Nicaragua para recibir de manos del presidente de esta nación, Enrique Bolaños, la orden «Rubén Darío» en grado de Gran Cruz, máxima distinción que otorga el Estado a un escritor y artista.

El ganador en 1967 del primer Premio Rómulo Gallegos de Novela consideró que no existen «distancias siderales» entre los escritores del llamado «boom» latinoamericano de los años 1960 y los literatos de hoy, porque actualmente hay muy buenas obras en diversas editoriales.

«Ese fenómeno fue sociológico, editorial y literario, porque hasta entonces la literatura latinoamericana circulaba en circuitos bastantes reducidos y en los años 60 por distintas razones se produjo un reconocimiento conjunto de una serie de escritores latinoamericanos», comentó.

«Hoy en día no es así, porque la literatura latinoamericana forma parte de la experiencia mundial y se recibe a los nuevos escritores con la familiaridad que antes no existía», agregó.

«Quizás eso nos nubla un poco la visión y nos hace creer que hay unas distancias siderales entre los escritores del llamado ‘boom’ y los nuevos escritores», añadió.

Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) dijo que los fenómenos literarios tienen una raíz «bastante misteriosa», que no se puede explicar, porque en ciertos períodos históricos surge una promoción de escritores que renuevan la práctica literaria, y luego pasan grandes períodos en los que hay una vida literaria sin mayores variaciones.

«Eso tiene un ventaja, porque quiere decir que la literatura no puede ser planificada, es un espacio muy libre de la actividad humana y hasta ahora no ha podido ser domesticado, ni controlado», sostuvo el ganador en 1994 del Premio Cervantes.

El escritor, de 69 años de edad, afirmó ser enemigo de los «ránking» que ponen a un escritor encima de otro, porque a su criterio existen hoy en día escritores en creación que al final podrían tener buenos resultados y que por eso no se puede establecer definitivos.

«Las novelas buenas –añadió– no cierran las puertas a otras novelas, sino que invita a seguir escribiendo. Si un escritor deslumbra a un público, ese público entusiasma a más lectores y más escritores para escribir más, no es como el mundo industrial que un producto afecta a otro».

Apuntó que el renacimiento de la novela histórica en América Latina se da debido a que «hay una historia muy rica para los escritores, porque está llena de personajes fascinantes y a veces personajes horrendos, terribles, que son muy atractivos para un escritor».

Al ser consultado sobre por qué no ha sido considerado como un Premio Nobel de Literatura, el autor de «La fiesta del chivo» respondió que eso es algo que sólo pueden contestar quienes eligen a los galardonados.

Indicó que su último libro, llamado provisionalmente «Travesuras de la niña mala» y que próximamente saldrá a la venta, es una obra en que ha trabajado durante los dos últimos años y trata de una historia de amor que transcurre durante 40 años en ciudades donde vivió y en las épocas en las que vivió en esas urbes.

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