SEGOVIA. EFE. Mario Vargas Llosa reconoce que, al escribir, sufre a ratos y se siente mediocre cuando las cosas no salen, pero la literatura es una experiencia exaltante porque le permite romper las barreras del tiempo y del espacio, y alcanzar de una manera efímera una suerte de inmortalidad.
De literatura y de su concepción del oficio de escritor habló ayer Vargas Llosa en la última jornada del Hay Festival de Segovia, ante el público que llenaba el Teatro Juan Bravo, en el que no se oía ni una mosca mientras este novelista, uno de los más importantes de América Latina, explicaba cómo nació su vocación y por qué se niega a creer que la literatura sea un puro entretenimiento.