Vargas Llosa: Nobel contra viento y marea

Vargas Llosa: Nobel contra viento y marea

He recibido la noticia del premio concedido al escritor peruano, nacido en Arequipa, en 1936, y siento a partir de ese momento un extraño sentimiento, de antaño, del tiempo cuando leíamos sus novelas y nos preparábamos para la vida social. Ese sentimiento es el que nos hace sentir seres literarios, compromisarios políticos, defensores de la revolución, la universalidad y las libertades.   Personalmente he aprendido de este escritor laureado la función crítica, una de las cualidades más apasionadas del intelectual verdadero.

Fue un narrador de utopías, de brutalidades políticas, o al menos dejó conciencia de la atmósfera política de su tiempo y de la región latinoamericana, que gran parte de su vida fue matizada por dictaduras militares. Ahora es otro Nobel de los del “boom” latinoamericano; tiene el distingo de ser a la vez un periodista magistral y un maestro literario. Por medio siglo escribió sobre política y sobre literatura; unas treinta novelas, algunas de las cuales levantaron polémicas y rencores en su propio país. Medio siglo ejerció el periodismo, colocando al filo de los hechos los grandes hechos que dañaron el mundo, enfrentado a los malos, dictadores y traidores de la humanidad. Sin embargo le importó más la literatura que la política, pero nunca descuidó su rol de escritor político. Cierta vez escribió que la lucha por las libertades es también la lucha por la justicia social.

Ese es Mario Vargas Llosa, batallando entre dos frentes, la literatura comprometida y la política al estilo del intelectual literario y actividad periodística. Renunció al Comité de  la  revista Casa de las Américas, en ocasión de un discurso de Fidel Castro quien fustigó a los “intelectuales que viven en Europa”, y dijo que el socialismo no necesitaba humillar a nadie; en El pez en el agua (1993), luego sería como un contrapeso de su intento por hacer carrera política, en las elecciones del Perú, en 1990. Duro golpe en la vida política de Mario Vargas Llosa, especialmente después de pasar del apoyo a la revolución cubana al liberalismo.

La concesión del Nobel, así como así, en realidad ha sido contra viento y marea. Eso lo explica la nota de la Academia sueca cuando  dice: “Por su cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo.” Da que pensar.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas