Vargas recomienda ganadería compatible con el ambiente

Vargas recomienda ganadería compatible con el ambiente

Los ganaderos deben contrarrestar los efectos del cambio climático desarrollando una ganadería de precisión e inteligente, con el propósito de aumentar la productividad y la competitividad, sobre todo reduciendo los costos.
Esta recomendación la hizo el doctor Marcelino Vargas, productor de leche y carne con especialidad en manejo y alimentación de ganado, así como en reproducción, cruce de razas, manejo de pastos y potreros.
Vargas, dos veces director de Ganadería, considera que como parte de la estrategia para la mitigación del cambio climático en la ganadería se han implementado los sistemas silvopastoriles y que, como esos sistemas requieren tiempo y recursos, es necesario que por lo menos cada finca disponga de un campo de proteínas con fines de reducir el uso de concentrado y bajar la producción de metano de los animales.
Explica que el cambio climático es la variación significativa y constante del clima a nivel global o regional durante un prolongado periodo de tiempo.
Dice que este país está considerado como el décimo más vulnerable al cambio climático en el mundo, “razón por la que tenemos cada día sequías más frecuentes, lluvias torrenciales y focalizadas que afectan la ganadería con graves daños, además de presencia de plagas y enfermedades. El principal reto de la agropecuaria está en lograr producir más en menor cantidad de tierra y con menos agua, pero sin degradar el medio ambiente”, sostiene Vargas.
Cree además que es necesario desarrollar un proyecto de reforestación en las fincas, sobre todo con árboles como samán, cambrón, piñón cubano y otras de esta categoría.
“Lo importante sería hacer potreros pequeños para tener una rotación diaria y sembrar algunos árboles, sobre todo en las cañadas y los ríos para contribuir con la siembra del agua y el cuidado de los bosques”.
Recuerda que el 40% de las lluvias sobre la tierra se origina a partir de la evapotranspiración de las plantas durante la noche.
“Se debería pagar por los servicios ambientales, aunque sea un pequeño estímulo. Los árboles, sobre todo los de raíces profundas, ayudan mucho a la infiltración y purificación de las aguas, para luego formar parte de los ríos y las cañadas.
“También se encargan de proteger y fertilizar los suelos, por lo que las gramíneas debajo de estos contienen una mayor cantidad de proteínas, lo que motiva un mayor consumo y digestibilidad que se traduce en más leche y carne con mejor preñez”, indicó.

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