Vargas resalta legado de Jorge Blanco en fortalecimiento del Estado de Derecho

Vargas resalta legado de Jorge Blanco en fortalecimiento del Estado de Derecho

El presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas, afirmó que la consagración de la Ley General de Amnistía que dispuso en 1978 el fin del exilio y los apresamientos por motivos políticos, y su estricto rechazo a la búsqueda de cualquier opción que condujera a su repostulación presidencial, constituyeron aspectos esenciales del legado democrático y la contribución de Salvador Jorge Blanco a la construcción del Estado de Derecho.

Al ofrecer una oración de despedida a los restos del ex mandatario en el cementerio Cristo Redentor, Vargas estableció que Jorge Blanco se procuró una esperada formación académica orientada a la defensa de los derechos ciudadanos y el fortalecimiento del régimen institucional.

Resaltó también cómo el que fuera también presidente del PRD y su senador por el Distrito Nacional, dedicó parte de sus servicios profesionales a la defensa de los derechos humanos.

Vargas ponderó la evolución política de Salvador desde su militancia en la Unión Cívica Nacional, hacia un PRD que enfrentó por todos los medios el golpe de Estado en contra de Juan Bosch y que luchó para restablecerlo en el poder, incluso desde un gobierno en armas, presidido por el coronel Francisco Alberto Caamaño, del cual fue su Procurador General de la República.

Al cuestionar la persecución y el apresamiento de que fuera objeto tras dejar el poder en 1986. Vargas puntualizó que “Salvador Jorge Blanco, que nunca se sintió tentado por la nociva ambición reeleccionista, fue una víctima de la pugnacidad estéril que tanto ha distanciado a la sociedad dominicana y le ha restado fuerzas al elevado propósito de impulsar el desarrollo y el bienestar de nuestro pueblo”.

Consideró el presidente del PRD una realidad inocultable que tras la persecución y el apresamiento de a quien definió como un gran civilista y estadista perredeísta, hubo designios políticos que trascendían a la rendición de cuentas típicas de nuestros gobiernos.

En cuanto al desempeño económico del gobierno que presidió Jorge Blanco de 1982 a 1986, Vargas dijo que después de un auspicioso comienzo, tuvo que asumir el compromiso y los costos políticos de encarar la situación económica generada por la crisis internacional de  la deuda, iniciada en México.

Puntualizó sin embargo que la historia habrá de reconocerlo como el estadista que sentó las bases del desarrollo del sector exportador de nuestra economía, incluyendo los inicios del auge del turismo y las zonas francas.

A continuación reproducimos el texto completo del panegírico leído por Vargas:

El doctor Salvador Jorge Blanco, el hombre cuya alma ha recibido el Señor en el Día de Navidad, fue un gran civilista, un político comprometido con su país y un estadista que deja un fecundo legado.

Cultivó don Salvador una esmerada formación académica y profesional, orientada a la defensa de las libertades políticas e individuales, cualidades a las que sumó su respeto y amor por la familia como base esencial de la sociedad.

Junto a su carrera política y de hombre de Estado, dedicó tiempo a la docencia en la formación media y universitaria, incluyendo los 8 años en que impartió la cátedra de Derecho en la hoy Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en su natal Santiago.  Sus escritos y ensayos políticos dejan también aportes indudables a nuestra cultura.

Siendo un importante dirigente de la Unión Cívica Nacional, deja a esa organización por su vinculación al golpe de Estado contra el gobierno democrático de Juan Bosch, en 1963, e ingresa al PRD al calor de las luchas por el restablecimiento del gobierno constitucional, en la mitad de los años sesenta.

Coherente con esa prédica,  encontramos a Jorge Blanco ejerciendo como Procurador General de la República del gobierno constitucional en armas, presidido en 1965 por el coronel Francisco Alberto Caamaño, y es ente activo en los acuerdos que ponen fin a la guerra civil y a la intervención norteamericana de 1965.

En el traumático período de 1966 a 1978, su bufete de abogados y él personalmente estuvieron siempre a disposición de quienes sentían violentados sus derechos ciudadanos.

Llegada la hora de la transición democrática, convertido en Senador de la República, es el creador y garante de la ejecución de la Ley General de Amnistía que abre las cárceles y las puertas del país para poner fin a las prisiones y el destierro por razones políticas. Asume también con gallardía la defensa de las ganancias electorales del PRD en 1978.

Economía           

El gobierno que presidió de 1982 a 1986, después de un auspicioso comienzo, tuvo que asumir el compromiso y los costos políticos de encarar la situación económica generada por la crisis internacional de  la deuda, iniciada en México.

Sin embargo eso no impidió que ensanchara espacios a las fuerzas productivas emergentes, empezara a dar respuestas a las necesidades de un sostenido crecimiento poblacional, y atendiera otros desafíos que planteaban la apertura democrática y la modernización del país.

La historia tiene que recoger que fue el presidente Salvador Jorge Blanco el estadista que sentó las bases del desarrollo del sector exportador de nuestra economía, incluyendo los inicios del auge del turismo y las zonas francas.

Correspondió a este jefe de Estado, diversificar el sector telefónico y abrir al sector privado el servicio aeroportuario, hasta entonces un deficiente monopolio estatal herencia de la tiranía trujillista.

Fue Jorge Blanco, pues, un estadista de gran legado en el campo democrático y en la construcción del Estado de Derecho de nuestro país, que lamentablemente vive en la actualidad una preocupante etapa de retroceso.

Tuve el honor de servir como director de Transporte de la innovadora campaña que llevó a Jorge Blanco al poder en 1982 y de desempeñarme como director general de la Corporación Dominicana de Acueductos y Alcantarillados.

Salvador Jorge Blanco, que nunca se sintió tentado por la nociva ambición reeleccionista, fue una víctima de la pugnacidad estéril que tanto ha distanciado a la sociedad dominicana y le ha restado fuerzas al elevado propósito de impulsar el desarrollo y el bienestar de nuestro pueblo.

Es una realidad inocultable que tras la persecución y el apresamiento de este gran civilista y estadista perredeísta, hubo designios políticos que trascendían a la rendición de cuentas típicas de nuestros gobiernos.

 El PRD despide hoy con profundo dolor los restos de Salvador Jorge Blanco, quien fuera su presidente,  presidente de la República y gran senador.

Un ejemplar esposo de doña Asela, distinguida dama también ya fallecida, y honorable padre de nuestro secretario general, gran dirigente, amigo y colaborador, Orlando Jorge Mera, y de esa joven abogada entregada a la causa de los derechos de la familia y de la mujer que es Dilia Leticia Jorge Mera. 

¡Paz a los restos de Salvador Jorge Blanco, y gloria eterna a su legado en el campo democrático y la construcción del Estado de Derecho!

(Palabras de Miguel Vargas, presidente del PRD, en la despedida de los restos mortales de Salvador Jorge Blanco.

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