Hoy 
SAMUEL SANTANA
En su comparecencia ante la Asamblea Nacional, el Presidente de la República articuló su discurso valiéndose de parámetros comparativos.
No es fácil utilizar este sistema metodológico, pues se trata de un recurso científico libre de manipulación que trasciende el tiempo y permite establecer niveles de capacidad y eficiencia de una gestión a otra, incluyendo la de un mismo partido.
Pero el doctor Leonel Fernández subió las escalinatas del Congreso Nacional con aire de satisfacción, por saber que las variables estaban a su favor, en todo el sentido de la palabra.
Demostró la existencia de una diferencia abismal con relación a lo que fue la gestión del 2000 al 2004, específicamente en lo que respecta a los últimos dos años.
El informe reveló cómo esta gestión logró revertir las condiciones deprimentes en que dejó al país la devastadora gestión del ingeniero Hipólito Mejía.
Los elementos positivos citaron el reconocimiento de los organismos internacionales a la eficiencia del manejo de la economía con su índice de crecimiento en los renglones importantes, cumplimiento de compromisos nacionales y foráneos y la confianza en los sectores de inversión.
Lo más importante no es sólo el esbozo de lo que se ha logrado, sino la visión futura que se tiene con relación al desarrollo del país y el mejoramiento de la condición de vida de los dominicanos, considerados todos como tareas muy pendientes.
Por eso el informe del mandatario no sólo buscó indicar que cumplió con la responsabilidad depositada en el 2004, sino que se encamina a estimular confianza en el pueblo y en los diversos sectores de la vida nacional para que le permitan seguir al frente de la cosa pública más allá del 2008.
Y quiérase o no, a esto se suma un contexto muy a favor de sus aspiraciones. Lo hizo en la conclusión de tiempo exacto de la obra más resplandeciente de su gestión, como es el Metro de Santo Domingo, y cuando las encuestas acababan de indicar que el repunto de su popularidad rebasa más del cincuenta por ciento.
