Más de dos docenas de hornos de neumáticos funcionan al aire libre en la comunidad Miracielo, en Palenque, San Cristóbal, donde a diario son incendiadas cientos de llantas usadas para quemar la roca caliza y producir cal.

Estos incendios provocan una amplia y espesa humareda negra que inunda gran parte de la comunidad, sin que hasta ahora las autoridades hagan algo para frenar la contaminación.

Según algunos moradores se ha solicitado a la Subsecretaría de Gestión Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente clausurar los hornos, pero allí le han alegado que esta medida crearía impacto social, ya que muchas personas dependen del negocio de la cal en esa provincia sureña.

Es común ver en el país la quema de neumáticos usados también próximo a talleres, cuyos propietarios lo incineran al aire libre, y próximo a residencias. Esta escena puede observarse en comunidades de Higüey, Salcedo y de otras provincias. Al incendiarse los neumáticos se emanan sustancias tóxicas que afectan la saluda de las personas y por ende el ambiente por la contaminación del aire con la emisión de partículas nocivas.

Otra de las formas descontaminación del aire más común en el país es la emisión de monóxido de carbono a través de vehículos en mal estado e industrias que no cuentan con filtros en sus chimeneas. Sólo en algunos puntos de la ciudad capital existen medidores de  calidad de aire y se ha anunciado la instalación de más sensores.