La idea de que el varón podría ser víctima de abuso y violencia doméstica es tan increíble para la mayoría de las personas, que muchos hombres ni siquiera intentan divulgar su condición. Si se da a conocer la situación,  muchos  la comentan como una novedad y con cinismo y burla, tanto por  sus pares como por las mismas mujeres.

 En nuestros días, los mitos y prejuicios prevalecen dentro de la sociedad. Se siguen adjudicando características y roles que tanto el hombre como la mujer deben desempeñar dentro de las relaciones de pareja: la mujer es el “sexo débil”, dada a la ternura y la emocionalidad, es vulnerable y necesitada de amparo y protección.  El hombre es el “sexo fuerte”, el “macho”, enérgico,  valiente,  competitivo, callado, invulnerable a la ternura, proveedor y protector del más débil.

Sin embargo, el hombre también puede ser agredido física, psicológica, emocional, económica  y hasta sexualmente. Así lo explica la psicóloga Heidy Camilo, experta en violencia intrafamiliar del Centro Vida y Familia. 

Esta problemática que sí existe (aunque no en el mismo porcentaje alarmante de la víctima mujer),  no es nueva, pero  en los últimos años se está haciendo  más evidente. Recientemente en un mismo día, en hechos separados pero en condiciones muy similares fueron asesinados tres hombres.

Los hechos ocurrieron en   en San Cristóbal, Gualey del Distrito Nacional, y en Jimaní, provincia Independencia.

 Los hombres ultimados  fueron  Ángel Luis Rivera Medina, de 49 años; Robinson Amador Vásquez, de 32, y Aurelio Joel Cuevas Pérez (Tití), de 29. La oficina de Relaciones Públicas de la Policía Nacional informó que Rivera Medina fue ultimado de varias puñaladas por su mujer Altagracia Pérez Casilla, de 39 años.    La mujer mató  a su marido luego que éste le propinara una golpiza en la calle y otra en la vivienda que ambos compartían,  alegando que ella había estado con otro hombre en un motel de esta ciudad.

Y esta historia se repite en los otros dos casos, parejas que se acostumbraron a golpearse e insultarse mutuamente.

“Una mujer víctima de violencia intrafamiliar cuando la violencia se vuelve crónica  y se intensifica con en el tiempo, esta se disocia y se presenta “el síndrome de la mujer maltratada”, en el cual la mujer vive a su vez el síndrome de indefensión aprendida, donde de manera inconsciente ella entiende que sólo la muerte de alguno de los dos terminará el dolor y en un momento de explosión responde a un ataqué del agresor y en muchas ocasiones sin planeación mata al agresor”, explica Camilo

Los casos de mujeres agresoras son menos frecuentes que en los varones, sin embargo, según señala la psicologa, el perfil de una persona violenta es el mismo: manipuladores, controladores, justifican la violencia, no asumen su responsabilidad, normalizan el abuso, entre otras.

A diferencia de la mayoría de los feminicidas que se suicidan una vez matan su pareja, las mujeres en cambio asumen su culpa y se entregan a la justicia, esto también tiene su explicación: “la mujer entiende su falta y asume su responsabilidad mientras que el hombre, como la mujer era su obsesión y él era dependiente emocional de la misma, al ver su objeto muerto  entiende que su vida no tiene sentido”, manifestó Camilo.

 Es importante destacar que las mujeres violentas también deben reciben el mismo tipo de terapia que los hombres,  pues se trabaja el sistema de creencias que sostiene la violencia.

Las últimas publicadas  en el año  2007

Según  estadísticas publicadas por la Procuraduría General de la República en el año 2007: 11 hombres denunciaron agresión emocional por parte de sus parejas. 10 advirtieron sobre abuso sexual, 9 sobre violencia física, otros 9 recibieron amenazas, 5 fueron víctimas de violencia económica, para un total de 45 casos denunciados. Hoy día las estadísticas ya suman varias  muertes e intento de homicidios.