CIUDAD DEL VATICANO, EFE .- Monedas y sellos del período 1852-1870, de las épocas de «Sede vacante» y colecciones de monedas de los papas de este siglo forman la colección del Museo Filatélico y Numismático de la Ciudad del Vaticano, cuya nueva sede fue inaugurada ayer.

   La nueva sede ocupa una sala de 350 metros cuadros, situada en los Museos Vaticanos y con su apertura al público concluye un periodo de casi 20 años en el que el Museo Filatélico y Numismático no tenía sede, después de haber estado alojado en la Torre Borgia del Palacio Apostólico y después en la vieja estación de ferrocarriles de la Ciudad del Vaticano.

   Aunque tanto el director de los Museos Vaticanos, Francesco Buranelli, como el del Filatélico, Pier Paolo Francini, reconocieron que la nueva sede no es demasiado grande, coincidieron en que se trata de un museo «vivo», en el que se puede conocer la historia de los sellos y monedas de la Iglesia, así como piezas raras y las monedas emitidas en liras y en euros por el pequeño estado.

   El museo está dividido en varias zonas. En la primera se muestran las monedas vaticanas desde 1929, a partir de los Pactos Lateranenses; después se prosigue hacia otra en cuyo centro hay una gran vitrina dedicada a los sellos del Estado Pontificio y en la que también se muestran documentos postales de aquella época.

   También se exponen en esa área las monedas del período 1852-1870 (hasta la unidad de Italia).

   En otra zona se exhiben las colecciones filatélicas emitidas durante los papados de Pío XI, Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.