VIENA (AP).- Un inspector especial del Vaticano inició el miércoles su investigación provocada por el descubrimiento de una gran cantidad de pornografía infantil en un seminario, donde además los aspirantes al sacerdocio se hacían fotografiar besándose y acariciándose.

   El obispo austríaco Klaus Kueng fue designado el martes «visitante apostólico»» del papa Juan Pablo II para ocuparse de un asunto que ha provocado un enorme escándalo en la Iglesia Católica. Kueng dijo que ya hablado con el director del seminario, Kurt Krenn.

   Kueng dijo a la prensa que entrevistará a otras autoridades de la diócesis de San Poelten, unos 80 kilómetros al oeste de Viena, donde se encuentra el seminario. Presentará su informe directamente al Papa.

   «Mi tarea consiste en asegurar la claridad y crear nueva confianza»» en una iglesia profundamente trastornada por el asunto, dijo en conferencia de prensa.

   Krenn, el obispo que encabeza la diócesis, ha sido objeto de presiones intensas para que renuncie desde que las autoridades revelaron la semana pasada que encontraron unas 40.000 fotos y numerosos vídeos, incluso de pornografía infantil, en las computadoras del seminario.

   Krenn, que tiene vínculos estrechos con el Vaticano y logró que Juan Pablo visitara San Poelten durante una peregrinación a Austria en 1998, ha dicho que se trata de una mera «travesura escolar»» y se ha negado a renunciar.

   Sus partidarios dijeron el miércoles que habían reunido 2.000 firmas en un petitorio que pide al Papa que garantice una investigación imparcial e inmediata.

   «Santo Padre, por favor protege a tu obispo»», dice el grupo en una carta que acompaña el petitorio y que según la prensa austríaca fue enviada a Roma.

   Las autoridades han iniciado una investigación criminal sobre el caso de pornografía infantil. Días atrás, acusaron a un ex seminarista polaco de poseer y distribuir el material ilícito, un delito que se castiga con hasta dos años de prisión.

   Kueng dijo a la televisión austríaca el martes que su investigación no significaba automáticamente la destitución inminente de Krenn, pero dijo que el obispo se encontraba «en una situación muy difícil»».

   Añadió que las fotos divulgadas en la cual aparentemente aparecían jóvenes sacerdotes besándose «me entristecieron mucho»», pero advirtió que faltaba verificar la autenticidad de las imágenes.