Vaticano inicia era de Benedicto XVI

Vaticano inicia era de Benedicto XVI

CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- El Vaticano se preparaba el jueves para la nueva era Benedicto XVI, que comenzará oficialmente el domingo con una misa solemne, aunque el sucesor de Juan Pablo II ya ha comenzado a ejercer como Papa y parece estar aficionándose al cariño de la gente.

El nuevo pontífice confirmó este jueves a Angelo Sodano en el cargo de secretario de Estado que ya ocupaba desde 1990, el primer nombramiento desde su elección el martes.

Al igual que el nuevo Papa, el cardenal alemán Joseph Ratzinger, Sodano, de 77 años, es un hombre del aparato vaticano y contribuyó a la elección de Benedicto XVI.

Antes de llegar a la secretaría de Estado, donde en un primer momento ejerció de «canciller», fue nuncio en Chile durante 10 años a partir de 1977, y siempre se le reprochó su cercanía con el dictador Augusto Pinochet.

Sus dos principales colaboradores, el sustituto de la secretaría de Estado, Leonardo Sandri, y el actual secretario para las Relaciones con los Estados, el Canciller del Vaticano, Giovanni Lajolo, fueron igualmente mantenidos en sus cargos «‘donec aliter provideatur’ (hasta nueva orden)», al igual que el resto de la Curia romana, considerada el gobierno central de la Iglesia.

El arzobispo argentino Sandri, quien fue la voz del Papa durante los últimos días de su vida, y el prelado italiano Lajolo, habían sido nombrados en 2000 y 2003, respectivamente.

La decisión de Benedicto XVI significa también que el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, el único latinoamericano que dirige una Congregación, se mantiene provisionalmente al frente de la del Clero.

Este cardenal está considerado el gran elector latinoamericano de Benedicto XVI, según los vaticanistas italianos.

En este momento, el único cargo que queda vacante es el de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, un puesto clave en la estructura de la Iglesia.

El anuncio, muy esperado, no significa que el nuevo Papa vaya a mantener intacta la Curia Romana, que conoce bien ya que forma parte de ella desde 1981, sino que se da un tiempo para ir introduciendo los cambios progresivamente, como hizo Juan Pablo II.

Después de haber establecido las prioridades de su pontificado en la primera homilía pronunciada el miércoles, Benedicto XVI decidió llevarlas a la práctica y manifestó el jueves su voluntad de «continuar el diálogo» y «fortalecer la colaboración» con la comunidad judía.

«Confío en la ayuda del Altísimo para continuar el diálogo y fortalecer la colaboración con los hijos e hijas del pueblo hebreo», escribió el Papa en un mensaje dirigido al gran rabino de Roma, Riccardo Di Segni.

El jueves, aunque no tenía ningún acto público previsto en su agenda, decidió hacer su segunda incursión fuera del recinto vaticano para dirigirse a su antiguo apartamento.

Como el miércoles, cuando recibió por primera vez el cariño de los fieles, el Papa alemán regresó a la Santa Sede, saludando sonriente al millar de personas que lo aplaudió y vitoreó en este corto trayecto.

El viernes se reunirá con los cardenales presentes en Roma y el sábado mantendrá su primer encuentro con los medios de comunicación, como también hizo su predecesor unos días después de su nombramiento.

Al mismo tiempo, Roma se prepara ya para la misa oficial de inauguración del pontificado de Benedicto XVI, que se celebrará el domingo por la mañana y para la que se prevé un dispositivo muy parecido al del funeral de Juan Pablo II, el pasado 8 de abril.

Cierre del espacio aéreo, que estará vigilado por aviones cazas, restricciones del tráfico viario, movilización de 10.000 agentes de los cuerpos de seguridad y de 2.000 voluntarios están previstos para proteger y atender al medio millón de fieles y a las 150 delegaciones oficiales que acudirán a la ceremonia.

Entre las personalidades esperadas, destaca esta vez la importante delegación de Alemania, el país natal del nuevo Papa, encabezada por el canciller Gerhard Schroeder y el presidente Hosrt Koehler.

También viajarán a Roma los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y los presidentes colombiano Alvaro Uribe y argentino Néstor Kirchner.

Al mismo tiempo, la prensa trataba de reconstruir este jueves lo que ocurrió en las cuatro votaciones que se celebraron en la Capilla Sixtina entre el lunes y el martes en uno de los Cónclaves más cortos de los últimos tiempos.

Según los vaticanistas, Joseph Ratzinger, que para ser elegido necesitaba 77 votos, fue ampliando considerablemente su ventaja tras la primera votación y habría obtenido entre 95 y 107 sufragios en la ronda decisiva.

«Lo que está claro», dijo el vaticanista de La Stampa, Marco Tosatti, «es que la candidatura del cardenal bávaro fue creciendo desde la primera noche, de forma constante, sin que ninguna candidatura de oposición tuviera la oportunidad de bloquearla».

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