POR ALTAGRACIA ORTIZ GOMEZ
«Váyase y no vuelva más», fueron las palabras con que las autoridades sanitarias de un subcentro de salud de Villa Tapia, despidieron a un trabajador de 60 años de edad, quien llevaba 32 años como inspector y jardinero de Salud Pública.

De inmediato, el gerente de Relaciones Públicas de Salud se comunicó con autoridades provinciales  de Salcedo, quienes en esos momentos estaban en el despacho del secretario y prometieron corregir el «error».

Se trata de Bienvenido Castillo, quien comenzó a trabajar para Salud Pública cuando era un jovencito y ahora, ya entrado en edad, fue despedido y en su lugar colocada otra persona.

Los comentarios de las personas que escuchaban las declaraciones del trabajador enfermo, favorecieron que lo que debían hacer era pensionarlo.

Castillo devengaba un salario de RD$950, los cuales  usaba para comprar alimentos y para los pasajes de sus siete hijos.

Uno de sus hijos, de 23 años, estudia para profesor en el Centro Universitario del Nordeste (CURNE) en San Francisco de Macorís.

Castillo reside en el paraje Polanco, correspondiente a la sección Sabana Gorda de Villa Tapia, provincia Salcedo.

Al momento de su cancelación, tenía más de 10 licencias médicas, pues tiene una fractura en la cadera. Actualmente se desempeñaba como jardinero del centro de Salud Pública.

Aseguró que vino desde su campo a Santo Domingo, para evitar que se sigan produciendo ese tipo de abusos, tras recordar que entró al sistema de Salud Pública, cuando el Gobierno de Joaquín Balaguer pagaba RD$60 al mes, pero que ahora él ganaba RD$950.