Vázquez da prioridad plan social y energía

Vázquez da prioridad plan social y energía

MONTEVIDEO (AFP).- El socialista Tabaré Vázquez inició su mandato como presidente de Uruguay con un plan de emergencia social para eliminar la pobreza extrema en dos años, la firma de acuerdos energéticos con Venezuela y la preparación de medidas para cumplir la difícil promesa de cerrar las heridas de la dictadura.

   En sus primeras tareas como presidente, Vázquez firmó este miércoles con su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, tres acuerdos para el suministro de crudo venezolano mediante créditos blandos, considerados claves para el futuro energético de Uruguay, cuya economía depende en gran medida de las importaciones de petróleo.

   En la tarde Vázquez junto al presidente brasileño, Luiz Inácio da Silva, tiene previsto inaugurar en la ciudad industrial de Paysandú (390 km al noroeste de Montevideo), la nueva planta cervecera de Ambev.

   Vázquez y Chávez, firmaron también la «Declaración de Montevideo», por la que Uruguay se suma al consenso previo entre Venezuela, Argentina, Brasil y Bolivia, para la creación de una petrolera regional, Petrosur, que prevé que los países socios coordinen esfuerzos en la producción, refinería y distribución de petróleo hacia la región y el mundo.

   Este miércoles la prensa local destacó la promesa hecha el martes en la noche en un acto público por el flamante presidente que aseguró develar los crímenes cometidos durante la dictadura (1973-1985), una tarea pendiente en el país que debe superar los obstáculos legales y las resistencias del sector castrense.

   Vázquez añadió que el nuevo gobierno «promoverá sin distinción de clase alguna la reparación de todas las víctimas de los hechos acaecidos en aquellos terribles años que tanto hirieron y dividieron a la sociedad uruguaya», e hizo hincapié en que los cambios que promoverá su gobierno serán «posibles», «progresivos» y «continuados».

   Aprovechando su estadía en Montevideo, el presidente de Venezuela ofrecerá un discurso público en la tarde en la sede de la intendencia de la capital, mientras que el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, participará en un acto en un estadio en El Cilindro, un popular barrio montevideano donde se prevé celebrar la reanudación de la relaciones entre Cuba y Uruguay.

   Las relaciones diplomáticas con Cuba estaban interrumpidas desde hace tres años, cuando Montevideo propuso que la ONU investigara la situación de los derechos humanos en la isla comunista.

   Tras reunirse a solas con Tabaré, los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Venezuela, Hugo Chávez, sostuvieron una cita trilateral en la que acordaron «unificar posiciones» para fortalecer la integración regional como única solución para los problemas del continente.

   Con este objetivo fijaron tres reuniones de equipos técnicos a celebrarse los próximos 40 días, centradas en lo social, económico y energético, que arrojarán informes que evaluarán los presidentes en la Cumbre Sudamericana-Países Árabes en mayo, en Brasil, indicó el canciller argentino, Rafael Bielsa, portavoz de la reunión trilateral.

   Tabaré Vázquez, primer presidente de izquierda en Uruguay y el primero desde 1967 que cuenta con mayoría absoluta parlamentaria, recibió este miércoles las felicitaciones del mandatario ruso, Vladimir Putin.

   «Nuestro pueblo ha estado unido por la amistad, la confianza y el respeto mutuos durante muchas décadas. Tenemos grandes oportunidades en nuestro comercio y nuestra cooperación económicas, y nuestras políticas exteriores concuerdan», afirmó Putin en un mensaje distribuido por el Kremlin.

    De otro lado la prensa de Brasil y Colombia destacó el hecho de que un nuevo izquierdista se sume a las corrientes de los gobierno de Venezuela, Chile, Argentina.

   O Estado de Sao Paulo estima que lo que más cambiará en Uruguay con Vázquez será la política exterior y contribuirá a fortalecer el Mercosur.

   Por su parte la prensa colombiana advirtió que tras la asunción de Vázquez, el gobierno en Bogotá debe observar «que la tendencia a la izquierda es una realidad regional» y que, por ende, debe ser cauto en sus relaciones diplomáticas «para no caer en el aislamiento».

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