POR LEONORA RAMÍREZ S.
Como un fomento a la corrupción catalogó Guillermo Caram, exgobernador del Banco Central, la decisión del gobierno de excluir el cobro del recargo cambiario a las materias primas y los bienes de capital importados.

Al resaltar que de todas formas la inclusión de ese impuesto en el Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos es un irrespeto a la ciudadanía, planteó que los tratamientos diferenciados entorpecen las buenas relaciones que deben existir entre la comunidad, el gobierno y el sector empresarial.

«De ahora en adelante los agentes económicos, cuando vayan a presentar una solicitud o culminar un proceso de importación, van a propiciar discusiones para determinar si se trata de materia prima o consumo final, y todo ello aumenta las posibilidades de corrupción porque siempre que hay un tratamiento diferenciado se producen privilegios, y de ahí fácilmente se pasa a la corrupción cuando algún funcionario tiene que tomar decisiones para beneficiar a alguien». En el proyecto de presupuesto de ingresos y gastos públicos, sometido por el Poder Ejecutivo a la Cámara de Diputados la semana pasada, se estableció en principio que se mantendría el recargo cambiario a todos los bienes importados, incluyendo las materias primas.

A solicitud de la Asociación de Industriales de la República Dominicana se excluyeron los insumos y los bienes de capital, para lo cual el equipo económico del gobierno mantuvo el arbitrio, de un 13%, a los bienes de consumo importados que no se gravaron en la reforma fiscal.

Precisamente en la reforma fiscal aprobada por el Congreso Nacional el siete de diciembre se eliminó el recargo cambiario, como parte de una serie de barreras arancelarias que se excluyeron del sistema tributario ante la vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-RD).

En ese sentido, Temístocles Montás, secretario Técnico de la Presidencia, explicó que la comisión cambiaria sólo estará vigente hasta julio del 2006, y que su permanencia era una alternativa que aplicaba el gobierno para compensar los recursos que se dejarían de percibir por el reajuste de ingresos que impusieron los congresistas en la modificación tributaria, y par cumplir con los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

HABIA QUE REDUCIR EL GASTO

El subterfugio del recargo cambiario, con los privilegios que ahora se plantean, seguirá impidiendo que la economía primaria, generadora de empleos, progrese, expresó Caram, al destacar que esa situación impedirá que la mayoría de los dominicanos alcance un mejor nivel de vida.

Con relación a la posibilidad de que las autoridades aplicasen otros mecanismos para aumentar sus recaudaciones dijo que, la reducción del gasto, es la vía más expedita para compensar lo que se dejaría de percibir ante los recortes que se le hicieron a la reforma fiscal.

Sobre ese aspecto consideró que toda la comunidad política nacional debe profundizar los debates sobre las modificaciones tributarias.

«El Congreso tiene mucho de responsabilidad, y los estamentos empresariales que participaron en el debate en torno a la reforma fiscal también, por haber hecho creer que con la reforma fiscal se iba a eliminar el recargo cambiario, para lo cual se aceptó el nivel del gasto público que planteó el gobierno.

«Pero el debate debería girar en torno a la reducción de gastos, por eso, ante tantas hipocresías y parafernalias de las últimas décadas con el tema de las reformas fiscales que perpetúan y agravan los problemas, en este país lo que se necesita es un revolución tributaria que tienda a reducir los impuestos».