Ve iraquíes viven un momento clave

Ve iraquíes viven un momento clave

WASHINGTON  (AFP).- El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo ayer que Irak se encontraba en un momento clave y que los propios iraquíes enfrentaban “un momento de decisiones” ante la amenaza de una guerra civil. Bush se declaró, sin embargo, “optimista” respecto al futuro del país y volvió a defender su estrategia en Irak, invadido en marzo de 2003 por tropas estadounidenses.

“Los próximos días serán intensos. Irak sigue estando en una situación delicada”, dijo Bush durante un discurso en Washington.

“Pero soy optimista, porque los iraquíes se han expresado” y han manifestado “claramente”, según él, sus aspiraciones democráticas participando masivamente en dos elecciones y en un referendo en 2005, declaró en la alocución pronunciada delante de la American Legion, una organización de ex combatientes.

“Los iraquíes están en un momento de decisiones”, dijo, en un reconocimiento raro en él acerca de la gravedad de la situación.

Se mostró, sin embargo, confiado en la elección que harán los iraquíes.

Argumentó, en efecto, los llamados a la calma que hicieron dirigentes iraquíes, entre ellos el ayatolá Ali Sistani, la más alta autoridad religiosa chiíta de Irak. También señaló que las fuerzas de seguridad iraquíes estaban haciendo un “buen trabajo” para hacer respetar el toque de queda y lograr la calma.

Condenó nuevamente en términos firmes el atentado contra el mausoleo de Samarra, uno de los más importantes lugares sagrados del islam chiíta, como una “afrenta a las personas de fe en todo el mundo”.

En un esfuerzo de conciliar con la minoría sunita, también condenó “los ataques posteriores a otras mezquitas y otros lugares sagrados en Irak”.

“Haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudar al gobierno iraquí a identificar y juzgar a los responsables de estos actos terroristas”, dijo.

Llamó a los partidos iraquíes a formar un gobierno que esté por encima de las divisiones “políticas, religiosas y sectarias” y que represente a todas las comunidades.

Reconoció que los próximos tiempos serán “difíciles” y “agotadores”.

La violencia y el odio religioso que suscitaron el atentado contra el mausoleo de Samarra constituye uno de los peores escenarios posibles para el gobierno de Bush, que enfrenta crecientes cuestionamientos a la legitimidad de la guerra y al mantenimiento de tropas en Irak.

Bush, quien a fines de 2005 se involucró en una gran campaña de justificación de su estrategia ante la opinión pública de Estados Unidos y cuya mayoría republicana enfrenta elecciones parlamentarias en noviembre, explicó nuevamente sus decisiones.

Insistió en que Saddam Hussein representaba una amenaza y que Irak era a la vez uno de los teatros de la “guerra contra el terrorismo” y un terreno de promoción de la “libertad” y de la “democracia” en Medio Oriente.

“Rechazo vivamente” que la política estadounidense contribuya a la inestabilidad en la región: “el statu quo en Medio Oriente era peligroso e inaceptable, y nuestra seguridad exigía que modificáramos eso”.

A pesar de que Irak es presa de la inestabilidad, “la historia nos enseña que el camino hacia una sociedad libre es largo y no siempre cómodo”, agregó.

Según Bush, Irak y Afganistán realizaron “progresos increíbles en el camino de una sociedad libre”.

A pesar de las presiones en Estados Unidos para que las tropas regresen, son “los comandantes en el terreno, y no los políticos en Washington”, quienes decidirán una eventual reducción del número de efectivos.

En el terreno, fuerzas estadounidenses de intervención rápida fueron desplegadas este viernes en lugares críticos en el área de Bagdad, pero son las fuerzas iraquíes la que están a la cabeza de las operaciones para detener la violencia sectaria, dijo un comandante estadounidense.

El coronel Jeffrey Snow, un comandante de brigada responsable del área occidental de Bagdad, reconoció que la violencia podía derivar en una guerra civil a gran escala, pero añadió que “lo más estimulante” para él era que (…) Moqtada al-Sadr, un líder chiíta que condujo una rebelión contra las fuerzas estadounidenses en 2004, había hecho “un llamado a la calma”.

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