El señor Miguel Guerrero cuestiona en una carta la posición de Ubi Rivas, que en un artículo culpa a Israel por la inexistencia de un Estado palestino. Guerrero señala que “la obstinación antijudía de los dirigentes extremistas palestinos y de los gobiernos monárquicos y tiránicos que circundan Israel es lo que le ha impedido durante 69 años al pueblo palestino tener un estado propio.”
A continuación la carta de Guerrero.
4 de enero de 2017.

Lic. Bienvenido Alvarez Vega
Director Ejecutivo
Periódico Hoy
Ciudad.

Distinguido y estimado señor Director:

Permítame referirme al artículo publicado en la edición de ese diario de fecha 2 del presente, titulado “Barack Obama puede forjar estado palestino”, en el que el amigo Ubi Rivas repite el error de atribuir la inexistencia de un estado palestino a la oposición israelí.

En una entrevista publicada por el diario español El País, el lunes 23 de enero de 2006, el hasta entonces viceprimer ministro palestino, ministro de Información y director de la campaña electoral de Al Fatah, Nabil Shaat, dijo estar consciente de que esa organización perdería, como en efecto ha ocurrido, la hegemonía de que gozó en la vida del pueblo palestino durante cincuenta años. Según reseñaba el diario, “en las calles palestinas este dirigente (Shaat) y muchos otros altos funcionarios son culpados de haberse enriquecido desde que regresaron del exilio en Túnez en 1994”.

En la entrevista, Shaat expresó su alarma por el abrumador triunfo de Hamás, señalando que sólo Al Fatah puede garantizarle al pueblo palestino la continuación del proceso de paz “y lograr un acuerdo definitivo con Israel”. Un acuerdo que en opinión del dirigente palestino “Hamás no lo podrá conseguir nunca por sus posiciones políticas”.

“La negociación, no el enfrentamiento, es el camino. Si no apuestan por la negociación no gozarán del apoyo internacional”, dijo. “Al Fatah creó la organización para la Liberación de Palestina, la Autoridad Nacional Palestina y el sistema judicial. Y sólo Al Fatah puede conseguir ayuda exterior y reducir el desempleo. Tenemos experiencia, generaciones jóvenes y somos un partido secular”.

De manera que no es Israel, el que en este momento crucial de la vida del pueblo palestino entorpece el camino hacia la formación de un estado en Gaza y los territorios ocupados por los israelíes. La obstinada negativa de los grupos radicales palestinos de negociar un tratado de respeto mutuo con Israel es hoy en día la fuente principal de inestabilidad en esa región.
El hecho de que Israel negociara con la ANP un acuerdo es una prueba contundente de su reconocimiento a la formación de un estado palestino. Pero es obvio que eso sólo, podrá sostenerse si los líderes de la Mukata reconocen a su vez el derecho de los judíos a existir como nación.
La mayor parte de los países árabes así ya lo reconocen e incluso dos de ellos, Jordania y Egipto, tienen relaciones diplomáticas plenas y formales con el estado hebreo.
Al enjuiciar el radicalismo de Hamás, Shaat dijo en la mencionada entrevista:” Este movimiento se encuentra donde estábamos nosotros (Al Fatah) hace 35 años”.
Cuando el diario español le preguntó si era posible un pacto con la organización islamista para la formación de un gobierno de unidad nacional, el líder del partido fundado por Arafat respondió: “Ahora no es posible un acuerdo con Hamás si no abandona la violencia, se suma al proceso de paz y promueve un estado secular. Podemos alcanzar la paz con ellos, pero no integrarnos en una coalición”.

Queda pues, claro, que en la realidad actual los obstáculos principales a la creación del estado palestino no lo constituye Israel, Estados Unidos ni mucho menos la Unión Europea.
Si echamos una ojeada a lo que ha estado ocurriendo en el mundo islámico por la publicación de caricaturas del profeta Mahoma en diarios occidentales, podemos entender a cabalidad la fuente real que imposibilita el tránsito hacia la materialización e ese anhelado y noble ideal.

La obstinación antijudía de los dirigentes extremistas palestinos y de los gobiernos monárquicos y tiránicos que circundan Israel es lo que le ha impedido durante 69 años al pueblo palestino tener un estado propio.
En noviembre de 1947, tras el final del mandato británico en la región, Naciones Unidas aprobó la partición de Palestina para la formación allí de dos estados, uno judío y otro árabe palestino.
Los judíos acogieron la resolución y hoy son un estado próspero y democrático.
Las naciones árabes vecinas invadieron el territorio para abortar el renacimiento de Israel en la tierra de sus antepasados, impidiendo con ello que los palestinos lograran su sueño.

Como ya señalara en el epílogo de mi obra “En la tierra prometida” (Editora del Caribe-1979) “cualquier solución prolongada y estable del conflicto tendrá que sostenerse necesariamente en la premisa de que tanto judíos como palestinos tienen derecho, por igual, a una vida tranquila y próspera en la zona”.

Con gracias anticipadas por su atención, quedo de usted muy atentamente,

Miguel Guerrero