República Dominicana tiene que complementar sus planes de transferencia condicionada de dinero para combatir la pobreza, como el Programa Solidaridad, con planes que mejoren los servicios básicos, en especial los de salud, educación y nutrición. De no hacerlo así, continuará acentuando la desigualdad que afecta a la mitad de su población.
La previsión fue hecha por el coordinador académico del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Isidro Soloaga. El funcionario aseguró que los planes para reducir la pobreza en el país no impactan en reducción de la desigualdad. Lo atribuyó a que los planes como Solidaridad no son completos, cuando tienen que ir de las manos con el acceso a los servicios, que deben ser de calidad, no sólo tener una escuela o un hospital.
Explicó que según el informe del PNUD presentado ayer en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, la desigualdad se transmite en las generaciones de familias, y Latinoamérica es la región donde es más alta esa inequidad persistente en el mundo. Esta tiene 12 de los 15 países más desiguales del planeta, entre ellos Haití y Bolivia. República Dominicana está en una desigualdad del promedio de Latinoamérica de 50%, según el índice de Gini, que mide la desigualdad de los ingresos en un país. Soloaga añadió que esa alta desigualdad es debido una política pública muy ciega, que no resuelve los problemas familiares ni da herramientas de empoderamiento a la población.