Ve positiva decisión entregar pedigüeñas

Ve positiva decisión entregar pedigüeñas

POR MANASES  SEPULVEDA
El ex cónsul de Haití en República Dominicana, Edwin Paraisson, consideró positiva la decisión de la Dirección General de Migración de recoger de las calles de la capital a las pedigüeñas haitianas para entregadas al consulado de ese país en Santo Domingo.

No obstante, Paraisson dijo que sería importante lograr identificar realmente a «quienes están detrás de esta situación» porque tal como ha dicho en otras ocasiones, no es fácil para estas mujeres llegar desde el Noreste, pasar la frontera y los chequeos militares de las carreteras fronterizas sin que por lo menos no haya cierta negligencia en todo el camino y que esto pueda permitir que lleguen a Santo Domingo y se coloquen en las avenidas céntricas de la capital.

 «Yo entiendo, tal como se ha anunciado, me parece que es correcta la medida de tratar de conseguir de parte del consulado haitiano algún tipo de participación, porque las repatriaciones de cualquier modo no deberían de darse sin una presencia consular», expresó Paraisson al ser entrevistado para este diario.

Se refirió a un anuncio hecho por el director de migración Carlos Amarante Baret, quien dijo que las haitianas que piden limosnas con niños en brazos en las calles de esta capital serán recogidas y entregadas al consulado haitiano.

Señaló que es importante la presencia del consulado haitiano para fines de coordinar con las autoridades gubernamentales haitianas el recibimiento de esas personas en Haití y que puedan llegar hasta sus comunidades originales.

«De acuerdo a estudios que había publicado la UNICEF y la Organización Internacional para las Migraciones, hace dos años aparentemente hay una concentración de esas mujeres en dos comunidades rurales de la parte Noreste de Haití en Pilate y Plaifance», expresó.

Dijo que con la disposición de la Dirección de Migración se está hasta cierto punto cumpliendo con los acuerdos que se han firmado con relación al procedimiento de repatriaciones.

«Los consulados están facultados para proceder en la repatriación de cualquier ciudadano de su país que ofrezca una imagen no positiva para el país que ese consulado representa», explicó.

Especificó que lo importante que los operativos se hagan evitando las separaciones de familias y que se «investigue profundamente la relación que hay entre los niños y las mujeres», señaló.

Indicó que no siempre los niños de las mujeres pedigüeñas son sus vástagos sino casos de «niños que son alquilados».

«Sería importante lograr identificar realmente a quienes están detrás de esta situación, porque tal como lo hemos dicho en otras ocasiones insistimos en el hecho de que no es fácil para estas mujeres llegar desde el Noreste, pasar la frontera y pasar los chequeos militares de las carreteras fronterizas sin que por lo menos no haya cierta negligencia en todo el camino». dijo.

LOS HECHOS DE MAO

Por otra parte, Paraisson dijo que los hechos ocurridos en Mao en contra de la comunidad haitiana de allí por la muerte del niño Dióscoris de Jesús Caba, son por motivos similares a los ocurridos en Hatillo Palma, donde hubo una reacción de una familia adolorida por haber perdido un miembro de ese hogar.

«Creo que lo más importante es imponer la autoridad en estos casos, explicar muy bien que se puede tratar de una acción que responde a una conducta individual y de responsabilidad penal», expresó.

Señaló que por el hecho de que un ciudadano haitiano haya cometido un delito o crimen no hay que condenar a toda la comunidad haitiana, que hasta ahora la imagen que tiene en el país es de ser laboriosa e insertada tanto en la producción nacional como la construcción y el sector agropecuario.

«Es urgente que las autoridades expliquen y dejen bien claro que ningún ciudadano está facultado para tomar la justicia por sus porpias manos ni dominicanos ni haitianos.  Hay que trabajar para evitar que situaciones así se repitan, sobre todo que nos da una impresión falsa de que la comunidad haitiana está implicada en crímenes cuando las estadísticas hasta ahora nos permiten decir que hay muy pocos haitianos presos en cárceles dominicanas que son apenas quinientos», expresó.

Las autoridades, indicó, tienen fotografías y videos que muestran cómo esas mujeres se ponen ropa más deteriorada para pedir y cuando concluyen vuelve y se cambian para mejorar su apariencia.

Admitió que la presencia de haitianos es considerable no sólo en la construcción sino también en la agricultura y la venta informal o de buhoneros en cualquier punto del país. Dijo que algunos calculan que los haitianos son ya 10% de la población dominicana, unos 800,000, aunque no existen datos oficiales hasta que se realice el censo que acordaron las autoridades.

Hasta hace muy poco, dijo Amarante, el tráfico de haitianos indocumentados por la frontera fue una «fábrica» millonaria propiedad, sobre todo, de militares y civiles.

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