El Presidente de la AIRD consideró el paso más positivo que ha tenido el sector industrial en el año 2007 la promulgación de la Ley de Desarrollo e Innovación Industrial «con lo cual se abre una nueva etapa en el crecimiento de las exportaciones y de las industrias dominicanas».

Manuel Diez Cabral indicó que, además de celebrar la medida del Poder Ejecutivo, los industriales se ven obligados ahora a poner todo su empeño para que dicha Ley pueda convertirse en un instrumento idóneo «que no sólo impulse las exportaciones, sino que constituya un marco de garantía para el desarrollo sostenido de las industrias dominicanas».

Diez Cabral resaltó los aportes de la recién promulgada Ley para el desarrollo industrial. Señaló que la Ley servirá para fomentar la agilidad logística como país, la colaboración entre distintos regimenes especiales, las cadenas productivas agregando valor agregado y reduciendo costos.

Explicó que hay una ampliación del concepto de exportación, considerando que se exporta cuando vendemos a las zonas francas, a las empresas beneficiarias de regimenes de incentivos previstos en las leyes dominicanas, siempre que estos regimenes establezcan exención de impuestos y aranceles a la importación de bienes, en la venta a instituciones del Estado o a representaciones diplomáticas si tienen exención impositiva y a terceros mercados.

Aclaró que la Ley no resuelve problemas como el alto costo que tiene el suministro de energía eléctrica, diversas dificultades para el financiamiento «y no nos equipara con Centroamérica en un conjunto de aspecto que quisiéramos ver implementados en nuestro país, pero se trata de un avance en la dirección correcta, de primeros pasos hacia una equidad competitiva».

Finalmente, explicó que los industriales tienen el anhelo de que el fortalecimiento institucional no sea colocado en la bandeja del juego político electoral. «Necesitamos con urgencia –y es una posición de la AIRD- mantener la marcha, no retroceder en aquellos aspectos en que hemos dado pasos de avance, enfrentar con nuevos bríos problemáticas viejas como la de la energía eléctrica y, en fin, darnos cuenta de que hay algo duradero y posible por el cual todos debiéramos apostar: un desarrollo nacional sostenible, sustentado sobre nuestro aparato productivo, la fortaleza de nuestras instituciones y la creación de un clima de negocios favorable, que contribuya a dar seguridad a quienes se dedican y se quieren dedicar a la retante vocación de ser un industrial», expresó.