El nuevo gobierno que estará encabezado por Luis Abinader tendrá que ponerle un límite a la deuda externa que tiene el país y hacer una reconversión para volver a los esquemas multilaterales, porque así se tendría un mayor y más riguroso control del gasto público.
Así lo consideró el economista Hecmilio Galván, quien expresó que el Gobierno saliente aceleró el endeudamiento, principalmente en lo que va del presente año, llevando la deuda externa de los sectores financiero y no financiero a casi sobrepasar el 50% del Producto Interno Bruto (PIB).
En una entrevista para HOY, Galván indicó que hace 16 años la deuda externa dominicana era de alrededor de US$3,000 millones y en la actualidad es de aproximadamente de US$60,000 millones.
Consideró que el país debe verse en el espejo de otras naciones que se han sobre endeudado.
Resaltó que aunque la deuda no es “negativa por sí misma”, el manejo de ese proceso tiene que ser mucho más consciente y comprometido socialmente.
Dijo que República Dominicana ha abandonado el financiamiento multilateral de largo plazo, que es un tipo de deuda que exige mayores controles y rigurosidad en el gasto, para pasar a una más privada, a través de lo bonos soberanos, la cual aunque tiene menos condicionalidades es más difícil de renegociar con los inversionista privados.
Puntualizó que el esquema multilateral es el más utilizada por los países subdesarrollados como República Dominicana.
“Esa deuda privada que que ha aprovechado el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es mucho más fácil de conseguir, es una deuda prácticamente comercial, es venta de bonos, pero es un peligro porque es más inestable desde el punto de vista de un proceso como ahora, por ejemplo, que se necesite una renegociación y mejores condiciones; esa deuda en manos privadas no lo va a garantizar, no lo va a permitir”, dijo.
Asimismo, expresó que obviamente el nuevo gobierno recibirá una situación difícil desde los puntos de vistas social, político y económico, lo que implica que tendrá que tomar medidas más efectivas que tengan en cuenta opiniones científicas y la realidad internacional.
Es por ello, entiende, uno de los grande desafíos será “cambiar la cara al gobierno”, por lo que tendrá que formar un gabinete que represente a la sociedad y garantice transparencia, y así recuperar la confianza de los actores económicos.