POR GERMAN MARTE
El Tratado de Libre Comercio es un instrumento más de neoliberalismo, igual que los programas de ajustes estructurales que vienen a consolidar las posiciones del gran capital, y afectará la seguridad social de los trabajadores, afirmó Rodrigo Aguilar, vocero de la Coordinadora Sindical de América Central y del Caribe.

Aguilar dijo que el Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA por sus siglas en inglés) no garantiza la creación de condiciones de empleos diferentes a las actuales, que en su mayoría surgen en el sector informal, con todas las desventajas que ello entraña.

En la informalidad, subrayó Aguilar, no existe la seguridad social en sentido general, no sólo en lo que tiene que ver con la jubilación, el desempleo, la salud, sino también con la accesibilidad a la educación, al empleo formal, al salario digno, en otras palabras a un trabajo decente.

El dirigente sindical hizo la afirmación al participar en el “Foro Sobre la Seguridad Social Frente a las Incidencias del DR-CAFTA”, que se celebró ayer en el local del Colegio Dominicano de Periodistas. El evento fue organizado por la Coordinadora Sindical América Central, el Consejo Nacional de Unidad Sindical (CNUS) y la CNTD.

Indicó que los TLC que apuntan a fortalecer el mercado por encima del desarrollo humano seguirán alimentando políticas contrarias al fortalecimiento del desarrollo social y por ende afectarán más el desarrollo de la seguridad social.

Señaló que los partidarios del TLC lo presentan como una panacea, pero sectores académicos como las principales universidades de Costa Rica han demostrado que ese instrumento no les conviene a los países de la región.

Indicó que en el marco del DR-CAFTA se verán afectados los sectores productivos de las naciones centroamericanas y la República Dominicana, sobre todo aquellos vinculados a la biotecnología, los cosméticos y la producción de medicamentos genéricos.

Los farmacéuticos nacionales saldrán afectados, pero fundamentalmente se perjudicarán las instituciones de la seguridad social que tienen que ver con salud, que se verán obligadas a comprar productos patentados y no los genéricos que de alguna manera ayudan a abaratar los medicamentos.

Dijo que en algunos casos, por la invasión de productos norteamericanos podrían bajar los precios, pero esto sucedería a costa de los productores nacionales que generan empleos.