BUENOS AIRES, (AFP). – El gobierno argentino descartó que un derrumbe del mercado financiero internacional como el que se produjo la semana pasada pueda poner en riesgo a la economía argentina, pese a la caída de la bolsa y la demanda de dólares que obligó a la intervención del Banco Central.

 «Con el superávit fiscal, el saldo comercial favorable y la acumulación de reservas hemos ganado autonomía en el comportamiento de la economía», remarcó Javier Alvarado, jefe de Gabinete del ministro de Economía argentino, Miguel Peirano.

 El índice Merval de la Bolsa de Comercio terminó la semana con una pérdida del 5,6% tras el derrumbe del jueves en el que descontó de un plumazo 3,39% en sintonía con el derrape de los mercados internacionales.

 El embate también se reflejó en la cotización de la moneda argentina que se depreció casi 2% en la semana y rozó los 3,20 pesos por dólar tras tres meses en los que se había mantenido prácticamente sin cambios.

 La intervención del Banco Central (autoridad monetaria) y de otros bancos estatales logró frenar la depreciación del peso argentino que cerró la semana en 3,16 pesos frente al dólar, pero con una sangría de reservas de 100 millones de dólares.

 Argentina mantiene una política de tipo de cambio alto y las reservas del Banco Central alcanzan un récord histórico de más de 44.000 millones de dólares.

 Pero una persistente depreciación del peso puede impactar sobre los precios cuando el gobierno teje nuevos acuerdos con empresas para mantener a raya la inflación a poco de las elecciones del 28 de octubre en las que el oficialismo busca imponerse con la candidatura de la primera dama, Cristina Fernández.

 «La devaluación punta a punta de la semana es 1,9%. El consenso de los economistas es que esto se va a normalizar y que el impacto (sobre los precios) será muy menor», evaluó Alvarado.

 Según el funcionario, «los años de continuidad en la fortaleza fiscal, en las cuentas externas, en la acumulación de reservas y la estrategia cambiaria conforman un escenario de absoluta solidez económica y financiera que nos preserva de la volatilidad de los mercados internacionales».

 Pese al freno en la caída del peso, el nerviosismo en los mercados tuvo su correlato en el precio de los bonos argentinos que cayeron 10% en su peor semana en mucho tiempo.

 La balanza comercial argentina acumula un superávit de 901 millones de dólares a junio pasado, en tanto el superávit fiscal primario fue el equivalente a 733 millones de dólares en junio.