POR SORANGE BATISTA
Residentes de la calle Rafael Augusto Sánchez de Naco se quejaron de los ruidos y desórdenes que producen los clientes de un «Liquor Store», quienes hasta altas horas de la noche escuchan música, consumen bebidas alcohólicas, sostienen relaciones sexuales dentro de los vehículos y, en ocasiones, realizan disparos al aire.

El doctor Ervin García, hablando en nombre de las más de 70 familias afectadas, dijo que lo que viven es «una verdadera calamidad».

Narró que desde que fue instalado en la intersección de la Lope de Vega con Rafael Augusto Sánchez el Liquor Store One Drink Market no han percibido tranquilidad, porque el desorden comienza alrededor de las 10:00 de la noche del viernes cuando comienzan a llegar jóvenes al referido centro de expendio de bebidas alcohólicas.

«Lo primero es que se parquean en la calle de ambos lados, provocando un terrible entaponamiento, por supuesto, eso es con una música altísima. Quienes quieren pasar empiezan a sonar las bocinas, los motores aceleran de manera tal, que detonan las alarmas de los vehículos y a eso se suma el alto volumen de los radios en los carros que están parqueados», explicó el profesional que representa las más de 70 familias afectadas.

Dijo que el caos es mayor a medida que pasan las horas y que alrededor de las 2:00 de la mañana, luego de que el Liquor Store, ubicado en la Plaza Intercaribe, cierra sus puertas, los jóvenes comienzan a hacer «ceritos»  y «hasta sostienen relaciones sexuales dentro de los vehículos, lo que se evidencia en la mañana «porque ahí mismo dejan preservativos usados, mezclados con desperdicios de comidas y bebidas, lo que aumenta la propagación de plagas de cucarachas y ratones», aseguró.

Manifestó que la situación ha llegado tan lejos que, «al parecer, producto de la embriaguez», los jóvenes lanzan huevos a los edificios.

PATRULLAJE FUGAZ

García se quejó además de la poca atención que prestan las autoridades policiales ya que, asegura, cuando llaman a la Unidad de Control de Ruidos de la Policía éstos pasan y les dicen por el alto parlante que bajen el volumen de la música, «ellos la bajan hasta que la patrulla se aleja y vuelven a la carga. Si la Policía mostrara más autoridad, ellos obedecerían», apuntó.

Dijo que los vecinos del lugar son fijos llamando a la Policía para la misma situación que ocurre desde los viernes hasta los domingos.

COSTOSO CIERRE

García explicó que la única forma que tienen de palear un poco la situación es cerrando todas las ventanas, «pero eso implica encender los aires acondicionados centrales, acción que se traduce en altos costos de la factura eléctrica», lamentó.

Dijo que, aunque no todos los días los jóvenes hacen disparos al aire,  temen por el peligro que representan las balas perdidas.

CARTAS:

García dijo que en su desesperación han enviado cartas al Presidente de la República, doctor Leonel Fernández; al jefe de la Policía, mayor general Bernardo Santana Páez; al secretario de Interior y Policía, doctor Franklin Almeyda Rancier y otras instituciones.

Apelan a ser escuchados porque uno de los temores mayores que tienen es que sus hijos,

adolescentes que tienen otro tipo de diversión, tienen que pasar por medio de lo que llamó «Sodoma y Gomorra» para llegar hasta sus casas.