La Esquina Joven, el espacio interactivo que este periódico dedica a la juventud cada semana, celebró anoche sus veinte años haciendo lo que mejor ha sabido hacer desde su primera edición: valorar los méritos de nuestros muchachos y muchachas, con la convicción firme de que ellos son los arquitectos del futuro de nuestra nación. Bajo esa premisa otorgó a José Devárez el premio en la categoría Medios de Comunicación; Carlos Araújo, Eric George y Luis Cunillera en Creatividad y Tecnología; Rayvelis Roa Rodríguez en Labor Comunitaria; Franchel del Carmen Velázquez Oviedo en Deportes; Kimberly Taveras Duarte, en Política; Katherine Massiel Quezada, en Mérito Estudiantil Universitario y Freddy Lázaro Acosta Rivera en Mérito Estudiantil Secundario.

La Esquina Joven surgió de la necesidad de dedicar a los jóvenes un foro abierto a sus más diversas inquietudes, un espacio en el que pudieran intercambiar ideas con figuras relevantes del arte, la cultura, la política y un amplio abanico de disciplinas. Fue fundada por el jurista Francisco Ortega, actual juez de la Suprema Corte de Justicia, que la dirigió durante varios años. Ha tenido entre sus coordinadores a los periodistas Fernando Quiroz y Gheidy de la Cruz. Actualmente la dirige nuestra reportera Tania Hidalgo. Con las premiaciones de cada año, este espacio reconoce los méritos de jóvenes que se esfuerzan por ser cada vez más útiles a la sociedad.

AHORRO Y TRANSPARENCIA

El Ministerio de Salud Pública ha logrado inscribir en su hoja de servicio mejoras significativas en materia de atención en salud. Un indicador válido que denota este logro es que cada vez son menos frecuentes las quejas de los usuarios de los servicios hospitalarios. A esto suma ahora una política de gestión administrativa que ha tenido como resultado el ahorro de más de RD$1,500 millones en compras diversas que realizó entre el 7 de septiembre de 2012 y el 15 de julio de este año, y que constan en registros del Banco Central.
No hay fórmulas mágicas en este logro. La licitación de las compras en el mercado local es un ejercicio de doble beneficio: transparencia y ahorro sustancial. Es una práctica que va a tono con la diafanidad que caracteriza la centralización de las compras de medicinas a través del programa Promese-Cal. Una demostración más de que cuando se quiere se puede.