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El 18 de febrero de 2024, el Museo Bellapart cumplió veinticinco años desde que sus puertas se abrieron al público. Fundado por Juan José Bellapart y fundamentado en las obras que él reunió con un criterio casi genial como si fuera su segunda naturaleza, es único en Santo Domingo por esta idiosincrasia, y porque dispuso generosamente su colección al servicio del conocimiento, la educación y el placer de todos, sin pedir siquiera un derecho de entrada.
Colocó ese patrimonio excepcional en el quinto piso del flamante edificio y empresa Honda, fortuitamente casi a la usanza de museos del Japón. Más sorprendente aún, es que propone la mejor representación y presentación del arte dominicano: expresan que, solo en el Museo Bellapart, se aprecia el arte del país.
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Una museografía periódicamente remozada “enseña” la historia de la plástica nacional. Creemos que la última y mayor prueba fue que, sin advertir a nadie, el curador de la 60 Bienal de Venecia eligió allí tres pinturas que representaron la República Dominicana: jamás se había logrado.
Ahora bien, la organización y vida institucional no se limita a la exhibición de la colección permanente. Actividades simultáneas y sucesivas animan el ambiente e incrementan la dicha de ver, por principio accesibles al público. Talleres para niños, tertulias abiertas, publicaciones ejemplares, exposiciones temporales magníficas, y más, motivan la frecuentación, el respeto, la admiración.
La dirección del Museo Bellapart que Myrna Guerrero asume con tesón y experticia, más que contribuir sostiene su brillantez. Por cierto, vale señalar que Juan José Bellapart siempre atribuyó gran importancia a una función que condiciona la vitalidad y el avance de una institución.
Y no escondemos la emoción porque Juan José Bellapart y su esposa Milagros, vivos en nuestra memoria, han dejado un legado espontáneo en sus hijas Maribel y Maripili que siguen encabezando fundación, museo e iniciativas. Algo real- maravilloso: ya en vida de sus padres se podía vislumbrar este encomiable amor e ideal.
Un concurso de arte era la única actividad que faltaba para completar la vocación de servicios al arte dominicano. Como todo lo que la institución emprende, después de un cabal estudio, se le dio inicio.
La primera edición del Premio de Arte Juan José Bellepart fue en 2022, y se le reconoció de inmediato su seriedad. Los resultados, tanto la selección como los Premios y Menciones, recibieron vivos aplausos. Las tres obras premiadas integraron la colección del Museo, y las menciones no dejaron de ser adquiridas.
El Premio de Arte Juan José Bellapart 2024
Hicieron pocos cambios en las bases del concurso que se celebraría bienalmente, siendo 2024 el año de su segunda edición. Mantuvieron las cuatro categorías: Grabado, Dibujo, Pintura, Escultura, sin distinción para selección y atribución de los tres premios y las menciones. La innovación consistió en que uno de los tres premios se otorgaría a un artista joven, de 35 años como edad máxima, y nos pareció muy positiva, favoreciendo el arte contemporáneo y audaz…
Cada participante debía presentar dos piezas, acordes con la actualidad artística, permaneciendo el límite dimensional y el tema libre.
Nuevamente, un solo jurado tuvo competencia en la Selección y la Premiación.
Lo integraron la doctora Laura Gil -ya miembro en el primer concurso-, el artista Said Musa -Premio Nacional de Artes Visuales-, y la ejecutiva universitaria, profesora eminente y crítica de arte puertorriqueña Hiromi Shiba, los tres siendo especialistas de muy alto nivel.
El público enorme, de varios cientos de personas, que escuchó la presentación y el laudo del Jurado, tenía ansias de pasar a las salas y ver la exposición de las obras seleccionadas y galardonadas.
La cantidad de curiosos, que literalmente se “precipitaron” para descubrir y opinar, generaba casi un caos, volvía un reto llegar a las paredes y los cuadros, caminar por los espacios hacia las esculturas. En opinión nuestra, resultaba imposible observar correctamente las obras admitidas, mencionadas y premiadas.
Fácil e injusto era minusvalorar el conjunto, la selección, la premiación, la museografía, y concluir de manera negativa, sino hostil…
Esa perturbación multitudinaria nos convidó a una segunda visita, y nuestra reacción se hizo muy distinta. Si bien es cierto que han concursado y seleccionado demasiado obras, el conjunto resulta honorable… y es al éxito que debemos una afluencia comparable a una bienal oficial. Depurar, reducir, encontrar una solución se logra.
Como siempre, y como en todos los certámenes de arte, los premios y aun las menciones se prestan para la discusión…. ¡Pero hay que poder y saber mirar los aportes!
Coda
Dedicaremos el próximo texto al análisis y comentario de esculturas y pinturas galardonadas, y por supuesto nos referiremos a aquellas piezas que, en opinión nuestra, merecían una distinción. (continuará).