Velados intentos por el control estatal del Internet

Velados intentos por el control estatal del Internet

Aunque Washington parece estar preparado por el momento para retener su control exclusivo de la “plomería” técnica del Internet -el sistema de direcciones que dirige el tráfico en la red-, los reclamos por una mayor participación internacional aumentan cada día. Muchos ven el cambio como algo inevitable, si no inminente.

En una reunión en Ginebra, la semana pasada, para preparar la cumbre de la sociedad mundial de información del mes próximo en Túnez, Estados Unidos se encontró casi totalmente aislado entre los gobiernos por su insistencia en mantener el status quo.

Hasta la Unión Europea, que se consideraba una aliada de EEUU, se pronunció firmemente a favor de “un nuevo modelo de cooperación” para la supervisión del sistema de direcciones que facilitaría “la participación internacional de los gobiernos” en el trazado de la política.

La labor de asignar direcciones en el Internet a escala mundial, y la administración del directorio maestro conocido como el archivo de zonas raíces, está en la actualidad en manos de Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, ICANN, un órgano sin fines de lucro radicado en California, bajo contrato con el Departamento de Comercio de EEUU.

El gobierno de EEUU tiene la última palabra sobre las adiciones y cambios al archivo de zonas raíces, lo que le da el control del acceso a los “Websites”. Y mientras que EEUU nunca ha bloqueado cambios en las direcciones solicitados por otros países, muchos gobiernos alegan que podría hacerlo.

 “Para muchos gobiernos resulta difícil aceptar que EEUU tenga la posibilidad teórica de interrumpir el funcionamiento del Internet en su país”, dice David Hendon, vocero de la delegación de la UE que asistió a la reunión de Ginebra.

El sistema vigente refleja el desarrollo histórico del Internet, que surgió en la década de 1970, financiado en gran medida por el Departamento de Defensa de EEUU. Antes de que ICANN asumiera las funciones del directorio en 1998, se manejaba más o menos exclusivamente por el desaparecido Jon Postel, un profesor de la Universidad del Sur de California.

El plan original del gobierno de EEUU era pasar la responsabilidad plena del sistema de direcciones a ICANN en septiembre próximo, cuando expire el actual memorándum de entendimiento con el Departamento de Comercio.

Sin embargo, en junio pasado la administración Bush irritó a muchos países al decir que intentaba “mantener el papel histórico en la autorización de cambios o modificaciones al imperante archivo de zonas raíces”. Esto se recibió como un golpe preventivo, anticipándose al informe de un grupo de trabajo de la ONU que dijo que “ningún gobierno debe tener un papel preeminente en relación con el gobierno internacional del Internet”. Sin embargo, el grupo no fue capaz de llegar a un acuerdo sobre qué exactamente debería reemplazar al sistema actual, y tampoco los gobiernos se acercaron la semana pasada a una solución.

Países como Brasil e Irán están a favor de algún tipo de órgano internacional para el Internet, que atienda una serie de temas relacionados con el gobierno del Internet, mientras que otros han estado defendiendo un punto de vista más flexible de “multi-accionistas”, que involucre al sector privado y a la comunidad más general del Internet, además de los gobiernos.

Los países en desarrollo también han expresado su descontento sobre la lentitud en la introducción de nombres y direcciones multi-lingües para los dominios, y sobre los elevados costos del acceso al Internet.

Washington, cuya posición es ampliamente respaldada por los negocios y los profesionales del Internet, alega que la entrega de la administración técnica del Internet a la ONU, u otro órgano intergubernamental afectaría la flexibilidad e innovación, y debilitaría la estabilidad y seguridad del sistema del Internet.

 “Una de las razones primarias para el éxito del Internet ha sido el criterio de gobernabilidad de abajo hacia arriba”, dice David Gross, el alto funcionario del Departamento de Estado que encabezó la delegación de EEUU en las conversaciones de la semana pasada. “No vamos a estar de acuerdo con que la ONU asuma la administración del Internet”.

Y mientras, en teoría, EEUU puede mantenerse en su posición privilegiada indefinidamente, los críticos alegan que esto pudiera entorpecer la cooperación internacional para abordar otros temas vitales de la gobernabilidad del Internet, como el “spam” -los mensajes no solicitados- y el delito cibernético. Algunos pronostican intentos por desmembrar el monopolio del ICANN mediante el establecimiento de redes rivales.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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