Velatorio de Gladys Marin supera ideologías

Velatorio de Gladys Marin supera ideologías

SANTIAGO DE CHILE (EFE).- La presencia de centenares de miles de personas en el velatorio de la presidenta del Partido Comunista de Chile (PC), Gladys Marín, corrobora que su arraigo popular iba mucho más allá que su ideología.

   Marín, de 63 años, murió el domingo en su domicilio de la capital chilena a consecuencia de un cáncer cerebral irreversible que la afectaba desde hace año y medio, del que fue tratada en Suecia y en Cuba.

   Desde la madrugada de ese día, más de medio millón de chilenos, según datos del PC, se han despedido de la inquebrantable opositora a la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), que combatió desde el exilio y la clandestinidad.

   Sus restos son velados en el antiguo Congreso Nacional, en Santiago de Chile, hasta donde convergen hombres y mujeres de distintos rincones del país que han tenido que esperar un promedio de cuatro horas para llegar hasta el féretro.

   También han acudido autoridades del Gobierno y dirigentes de todas las corrientes políticas, que han coincidido en destacar la coherencia de Marín, cuya figura sobrepasó el ámbito político.

   El interminable desfile y las reacciones de dolor de personas de todos los sectores sociales han generado asombro incluso dentro de su familia y partido, que ahora se verá enfrentado a la dura tarea de mantener su vigencia.

   «Es sobrecogedor ver las muestras de cariño de tanta gente. Yo creo que nadie se lo habría imaginado, realmente traspasó todo lo imaginable. Esto es muy emocionante», comentó su hijo Rodrigo Muñoz.

   El secretario general del PC, Guillermo Teillier, afirmó que el liderazgo de la fallecida presidenta de esa colectividad «es irreemplazable» debido a su «estatura política y militar».

   El dirigente dijo, sin embargo, que el partido saldrá adelante «pues siempre ha sabido sobrevivir a pérdidas muy graves» como las registradas durante la dictadura, cuando fue descabezada casi el 90 por ciento de su dirección.

   Marín, considerada el último icono del PC chileno -uno de los más importantes partidos comunista de América Latina y uno de los pocos que siguen vigentes- luchó incansablemente para llevar a Pinochet ante los tribunales de Justicia.

   Ella fue la primera que presentó, el 12 de enero de 1998, una querella contra el ex dictador, por delitos de genocidio, secuestro, asociación ilícita e inhumación ilegal.

   Líder de las Juventudes Comunistas, acérrima partidaria de Salvador Allende e impulsora del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), que declaró la lucha armada contra Pinochet, Gladys Marín ejerció un fuerte y carismático liderazgo en su partido desde que ingresó en sus Juventudes, en 1958.

   Su opción política le supuso separarse de sus hijos durante más de una década, perder a su marido, que engrosa la lista de los detenidos desaparecidos durante el régimen militar y vivir más de diez años en la clandestinidad.

   A su funeral, que se celebrará mañana martes, asistirán delegaciones de partidos comunistas de diversos países del mundo.

   Según confirmó hoy el PC, la delegación de Cuba, de carácter estatal, será encabezada por el presidente de su Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, mientras que la delegación venezolana estará presidida por el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Gutiérrez, y contará con miembros del Movimiento Quinta República.

   Los restos de la llamada «Pasionaria chilena» serán incinerados en el Cementerio General de la capital de Chile.

   El recorrido del cortejo fúnebre incluye el paso frente al palacio de La Moneda y ante la estatua del presidente constitucional derrocado por Pinochet, el socialista Salvador Allende (1970-73).

   Durante la ceremonia, que coincidirá con el Día Internacional de la Mujer, harán uso de la palabra un representante de la familia, otro del Partido Comunista y el cubano Ricardo Alarcón en representación de las delegaciones extranjeras.

   La dirigente comunista fallecida era admirada sobre todo por la consecuencia y fuerza con que defendía sus ideas, pese a que en el ámbito ideológico era considerada una marxista ortodoxa, refractaria a los cambios y reacia a adaptarse a las nuevas condiciones políticas existentes en Chile y el mundo.

   El presidente chileno, Ricardo Lagos, que asistió al velatorio el domingo, además de lamentar el fallecimiento de Gladys Marín, afirmó que fue «un ejemplo de libertad, democracia y justicia».

   El mandatario socialista, que decretó dos días de duelo nacional, agregó que, «pese a las diferencias políticas, Gladys Marín encarnó los mejores ideales de Chile».

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