POR EVA LORA
Tras el anuncio de la prohibición de la venta de fuegos artificiales que hizo la Secretaría de Interior y Policía, muchos  ciudadanos de distintos barrios del Distrito Nacional dijeron estar de acuerdo con la medida. Otros, sin embargo, manifestaron que  es demasiado drástica.

De cualquier manera, odos los encuestados por este medio expresaron estar concientes del peligro que representan los fuegos artificiales para los niños y adultos que los manipulan.

“Para estos tiempos ni deberían mencionarse los fuegos artificiales, deberían prohibirse para siempre porque ocasionan muchos daños, mayormente a los niños. Espero que se cumpla la medida”, expresó Pedro José Cabrera, del sector Mejoramiento Social.

Rafael Pérez, residente del sector San Carlos, también espera que se cumpla la medida, ya que opina que en este negocio hay mucho dinero de por medio y personas que se benefician de las ventas de los fuegos artificiales.

“Deberían anular por completo los fuegos artificiales, porque los que se benefician de la venta sólo le importan sus ingresos, pero no les importa cuando uno pierde un niño. Hay que meterle mano dura a este tipo de negocios, porque yo pienso en mis hijos y me preocupa”, expresó Pérez.

Amancio Toribio dijo que es mejor comprarles caramelos a los niños y no fuegos artificiales, ya que con éstos no se queman.

“Esa medida le garantiza la vida a muchos niños, porque todas las navidades hay decenas de niños quemados en los hospitales. Yo tengo hijos y no le compro fuegos, es mejor comprarle un caramelo que un fuego artificial, se goza más”, piensa Toribio.

Sofía Ramírez, por el contrario, no está de acuerdo con la medida, ya que considera que hay fuegos que son peligrosos y otros no.

Rafael De la Cruz también dijo estar en desacuerdo con la medida, ya que piensa que los fuegos artificiales son para divertirse.

“Los fuegos son peligrosos, pero eso depende del cuidado que uno tenga. Por un lado está bien y por otro no, porque si se le vende a un adulto que sepa utilizarlos creo que no hay problema”, explicó De la Cruz.

Billy Rodríguez, residente de Paraíso Oriental de Santo Domingo Este, coincidió con De la Cruz, al considerar que la medida es un poco “drástica”, ya que se pueden vender a un público específico con la supervisión y control de las autoridades, en lugares específicos que estén debidamente certificados.

Para Rodríguez, la emoción de los fuegos artificiales no es tirarlos, sino verlos, por lo que dijo que los niños no deberían manipularlos, sino un adulto que sepa las consecuencias y el peligro de utilizarlos.

“En mi sector, por ejemplo, la Junta de Vecinos prohíbe que los niños utilicen fuegos artificiales, si los ven se los quitan o llaman a los padres”, explicó Rodríguez.

Pero para Julio Aníbal Madera darse cuenta del peligro de los fuegos artificiales tuvo que vivir una experiencia desagradable.

“Una vez estábamos prendiendo una vela romana y la vela se desvió y le quemó toda la boca a un primo mío, desde ahí mi papá suspendió los fuegos artificiales. Después de eso me di cuenta del peligro que representan y espero que la medida se cumpla para todos, porque ahora tengo hijos”, dijo Madera.

“Uno piensa: yo quiero que mi hijo disfrute todas las festividades, pero a costa de perder uno de sus miembros?”, se preguntó angustiada Altagracia Guerrero, moradora de Las Enfermeras en Los Mina.

Julia Reyes, otra encuestada, dijo que con esta medida podremos disfrutar de una navidad más tranquila, más feliz y sin niños quemados.

En el 2006 el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) reportó 22 casos de quemaduras y dos niños fallecidos por la explosión de fuegos artificiales.