La Asociación de Representantes de Importadores de Vinos y Licores (Rivlas) emitió ayer una declaración sobre un posible “error de cálculo” en los datos presentados en el informe de la Dirección General de Impuestos Internos, DGII, sobre el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) en el rango de bebidas alcohólicas, que proyecta un déficit de RD$352 millones.

Al justificar su posición, Rivlas explicó que mientras por un lado, la DGII informa que entre enero y julio de este año  el monto de ingresos estimado por el gobierno, producto de las recaudaciones del ISC sobre las bebidas alcohólicas es de RD$5,311 millones, el otro informe correspondiente al mismo período hecho por la Secretaría de Industria y Comercio indica que las recaudaciones acumuladas para esa fecha son RD$5,505 millones, para un superávit en la recaudación de RD$194 millones. Manifestó que en los primeros siete meses del año 2006, según el informe comparativo, esas recaudaciones arrojan un equivalente de 3.7% por encima del estimado.

Dijo que la oficina recaudadora atribuyó la deficiencia entre lo estimado por recaudar y lo recaudado, al incremento del consumo de  cerveza tipo Light. “El análisis de los informes comparados indica que de acuerdo a los datos suministrados por la Secretaría de Finanzas, lo que se ha producido en los primeros siete meses de este año es un aumento de las recaudaciones de RD$875 millones adicionales en relación al ingreso que por ese concepto se percibió durante el mismo período del año pasado, lo que equivale a un incremento de un 18%”, sostiene.  Añade que si se comparan las recaudaciones del ISC sobre las bebidas alcohólicas con las estimaciones del Presupuesto y Ley de Gastos públicos de 2006, se puede constatar que contrario a lo que se ha dicho, las mismas han estado por encima de lo previsto, lo que demuestra la eficiencia del sistema actual de tributación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC).

Rivlas precisó que “al parecer, subyace el deseo de ciertos sectores en impulsar una regresión al sistema de tributación ad-valorem”.

 Agrega que la razón fundamental que subyace en la decisión de cobrar el impuesto selectivo sobre el contenido alcohólico es el atenuar el impacto negativo o externabilidad que el consumo excesivo de alcohol produce en la sociedad, incorporando una correlación equivalente en el consumo bebidas alcohólicas.

“El consumidor paga los mismos impuestos sin importar el tipo de bebida que consume, lo que evita que se promueva e incentive el consumo de bebidas de precios bajos con alto contenido de alcohol, que bajo el anterior sistema ad-valorem pagaban mucho menos impuestos”, añade.

 Explica que el selectivo es el impuesto utilizado para tratar de controlar el consumo, por lo que la mejor base imponible es la cantidad de alcohol contenida en la bebida y no su precio.

 “De otra manera, estaríamos incentivando el consumo irresponsable de las clases económicas más bajas, precisamente las que por su nivel educacional tienen una mayor propensión el consumo excesivo”, asegura.

Concluye en que si los argumentos que se esgrimen en contra de la actual base del selectivo a las bebidas alcohólicas fueran válidos, entonces las recaudaciones por este concepto deberían disminuir.