Ven guerra contra narco envuelve a todo México

Ven guerra contra narco envuelve a todo México

MEX1647. CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 30/08/2019.- Una mujer escribe en una silueta junto a fotografías de personas desaparecidas este viernes, en las afueras del Palacio Nacional, en Ciudad de México (México). Los familiares de desaparecidos además planean entregar 80.000 firmas para exigir al Estado mejoras en los protocolos de investigación. Al mismo tiempo, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó hoy que las autoridades han encontrado 4.974 cuerpos en 3.024 fosas clandestinas -la mayoría en los estados de Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa y Jalisco- desde 2006 hasta la mitad de agosto de 2019. EFE/ Mario Guzmán

La guerra de México contra el narcotráfico parece haber vuelto, y podría ser peor que la sangrienta ofensiva gubernamental contra los cárteles emprendida entre 2006 y 2012.
Antes, la peor parte de la violencia se limitaba a unas pocas ciudades; ahora se extiende por todo el país. Antes no era raro que las bandas matasen a adultos pero dejasen a los menores ilesos; ahora, el asesinato de menores junto a sus padres se ha convertido en algo demasiado frecuente.
Y el que quizás sea el cambio más desconcertante: la sangrienta violencia de los cárteles enojó a los mexicanos y acaparó la atención intencional por la guerra contra el narco, que registró 27,000 homicidios durante su apogeo en 2011. Hoy en día, aunque el número de asesinatos en el país se incrementó hasta cerca de 35,000 el año pasado, el derramamiento de sangre parece recibir menos atención y generar menos indignación.
Todo esto ha dejado a muchos mexicanos preguntándose qué camino tomar. Esto fue evidente esta semana en Coatzacoalcos, una ciudad petrolera del estado de Veracruz donde, según residentes, las bandas luchan por controlar el territorio y extorsionan a los propietarios de negocios. El martes en la noche, presuntos miembros del cártel de Jalisco se presentaron en el club nocturno Caballo Blanco, bloquearon las salidas y provocaron un incendio que mató a 28 personas atrapadas dentro, posiblemente porque el dueño se habría negado a dejar de vender drogas de otro grupo delictivo.
Vanessa Galindo Blas perdió a su pareja de hecho, Erick Hernández Enríquez, en el ataque. Ambos nacieron en Coatzacoalcos pero habían hablado de marcharse.
“Habíamos platicado de irnos de aquí para un lugar más seguro, para el futuro de nuestros hijos», dijo Galindo Blas el jueves, mientras extendía sus manos sobre el ataúd metálico de Erick. Sobre el féretro descansaba una foto de él vestido con una camiseta con la frase “I Love Coatzacoalcos“ (“Amo Coatzacoalcos“).
Pero no pudieron ponerse de acuerdo sobre su nuevo destino, en parte porque la violencia es ahora un problema en gran parte del país y ya no hay un sitio realmente seguro.
Entre 2006 y 2012, gran parte de la guerra contra el narcotráfico se concentró en una serie de ciudades del norte: Ciudad Juárez, Tijuana, Culiacán, Reynosa y Nuevo Laredo. “(Ahora) el efecto es de más extensión, también eso lo hace más difícil de controlar», dijo Alejandro Hope, analista de seguridad en México.
Pero teniendo en cuenta todas las similitudes — ataques incendiarios letales, cadáveres abandonados en pilas o colgados de pasos elevados, masacres en fiestas, videos de decapitaciones publicados en redes sociales — los paralelismos entre ese episodio y el actual son demasiado claros. “Es un déjà vu constante», apuntó Hope.
Otra tendencia preocupante es que los menores son abatidos a tiros por los pistoleros que tienen como objetivo a un adulto. Los cárteles de Sinaloa y Juárez se enorgullecían en su día de sus asesinatos selectivos, que acababan con la vida de las personas señaladas pero dejaban al resto de los miembros de su familia ilesos. Ahora, los niños mueren con una frecuencia escalofriante. En junio, un menor fue asesinado junto a su padre en Sonora. En julio, otro de 10 años murió durante un atraco en el estado de Puebla.

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