SAN JOSE (AFP).- El sistema de integración centroamericano es una maraña de instituciones y organismos «ineficaces y dispendiosos», que en ocasiones sirven de «guarida» a políticos corruptos que buscan eludir la acción de la justicia, señala una reciente investigación académica publicada en Costa Rica.

El trabajo, titulado «Las instituciones de la integración en Centroamérica, de la retórica a la descomposición», fue elaborado por el politólogo costarricense Rodolfo Cerdas Cruz y la versión impresa es de la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED).

Tras una ardua investigación, el autor logró determinar que el sistema está integrado por más de un centenar de entidades con distinta naturaleza, estructura y grado de desarrollo.

«En cada una de las Cumbres Presidenciales -de las muchas que se multiplicaron desde 1990-, se incurría en la irresponsabilidad política de crear instituciones a diestra y siniestra, en respuesta a cualquier ocurrencia de algún presidente de la región», señaló Cerdas a la AFP.

La única institución del sistema de integración que logró avanzar rápidamente y consolidarse como un ente de proyección es el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), de acuerdo con el investigador.

El resto de las instituciones enfrenta una situación de deterioro que ha desembocado en «el caos», cuyo ejemplo «más dramático», según Cerdas, es el Parlamento Centroamericano.

«Con esta costosa iniciativa, la Unión Europea buscaba reproducir el componente parlamentario de la Comunidad Económica Europea, pero las circunstancias, la historia política y la realidad de la transición democrática en la región, resultaron no sólo muy distintas sino que operan en una dirección totalmente opuesta», señaló.

El analista advirtió que el problema es tan grave que, «parapetándose en el principio de inmunidad parlamentaria, se ha pretendido convertirlo en refugio de perseguidos y acusados por casos de corrupción política».

Uno de los aspectos más preocupantes de todo este panorama es que estas entidades «que languiden en la inoperancia, el caos y la corrupción», como el Parlacen y la Corte Centroamericana Justicia (CSJ), reciben más recursos que otras que en verdad los merecen y los necesitan.

Es el caso de la Secretaría de Integración Económica (SIECA), que deberá cumplir un papel muy importante para facilitar la conducción del proceso, pero se encuentra recargada de funciones y ayuna de presupuesto, señaló Cerdas.

El investigador recomienda «dejar de lado las eternas pretensiones de unión política centroamericana, y dedicar los esfuerzos a lograr el desarrollo de la integración en sus dimensiones económicas, comerciales, financieras y educativas, como estrategia común en la consecución de una mejor inserción en los mercados mundiales».

«Desde siempre ha habido en la región una retórica en la que se exalta el unionismo, se insiste en que somos países hermanos, que tenemos un destino y un origen común, y que no existe ninguna dificultad para que nos unamos, pero esto es una gran mentira y no responde en absoluto ni a la realidad política ni a la histórica», señaló Cerdas.

Estas dificultades las ilustran la gran cantidad de conflictos fronterizos que persisten en la región, entre Nicaragua y Honduras, entre Honduras y El Salvador, entre Nicaragua y Costa Rica.

Además, aseguró, existen diferencias muy acentuadas en los modelos de desarrollo que siguen los países del istmo, concluyó.