POR PEDRO GERMOSEN
Tres senadores advirtieron ayer que con sus quejas contra la aplicación de la Ley de Primarias, la Junta Central Electoral (JCE) quiere abortar esa legislación para que las cúpulas de los partidos políticos sigan imponiendo los candidatos.

     Vicente Castillo, de Peravia; Pedro Alegría, de San José de Ocoa, y Bernardo Alemán, de Montecristi, afirmaron que esa ley es sana porque favorece la elección diáfana y transparente de los candidatos más populares.

     Manifestaron que no se oponen a cualquier reforma que no atente contra la esencia de la Ley de Primarias, pero advirtieron que no aprobarán nada que la desnaturalice.

     La JCE se queja de que apenas cuenta con RD$70 millones para montar las primarias de las organizaciones políticas, pese a que para tales fines solicitó al Poder Ejecutivo RD$740 millones.

     «Lo que quiere la Junta es abortar la ley», dijo el senador Castillo, quien agregó que la postura de los jueces electorales se produce porque la legislación elimina la imposición de candidatos por parte de las cúpulas de los partidos.

     Señaló que los altos dirigentes de los partidos señalan e imponen candidatos en todos los procesos en perjuicio de verdaderos líderes populares de las provincias y el Distrito Nacional.

     Castillo expresó que la JCE tiene interés de acomodar la elección de los candidatos a la voluntad de las cúpulas de las organizaciones políticas.

     Señaló que si necesariamente hay que hacer alguna enmienda a la citada ley, que se haga, pero de conformidad con los legisladores que aprobaron esa iniciativa.

     Sostuvo que esa ley es una «excelencia» que debe ser aplicada para evitar que la dirigencia de los partidos imponga candidatos impopulares.

     Castillo advirtió que si no se aplica la ley, como quiere, dijo, la JCE, los candidatos serán los que surjan de los señalamientos, manipulaciones y la inversión de grandes recursos económicos.

     Por su lado, el senador Alegría dijo que la ley es la ley y tiene que ser aplicada, por lo que si no tiene recursos suficientes para ello, la JCE debe procurarlos mediante un entendimiento con el Poder Ejecutivo.

     Significó que la Ley de Primarias es sana y dará oportunidad al electorado de elegir a sus candidatos preferidos.

     Señaló que ésta sería la primera vez que el electorado votaría por los candidatos de su preferencia en las convenciones de las organizaciones políticas.

     Manifestó que el electorado votaría por las condiciones del individuo y no se dejaría manejar por el arrastre y las artimañas políticas.

     Alegría señaló que incluso de esta manera surgirían líderes populares no conocidos que serían sorpresa para muchos, pero no para los que siguen su trabajo social y su conducta y su moral rectilíneas.

     Significó que hay que hacer lo posible para que sea la población la que escoja a los candidatos de los partidos y no las cúpulas de éstos, las cuales, sostuvo, en innumerables ocasiones quitan el triunfo a verdaderos líderes comunitarios.

     Por su lado, el senador Alemán favoreció la aplicación de la Ley de Primarias, pero dijo que los planteamientos de la JCE deben ser escuchados y tratar de resolver sus requerimientos económicos.

     Si es necesario, expresó, debe reformarse la ley a fin de que la JCE aporte los padrones y cuando menos supervise las elecciones primarias.