Ven matar líderes no frena el terrorismo

Ven matar líderes no frena el terrorismo

NUEVA YORK (AP) _ Comandos israelíes acribillaron a Abu Jihad en su estudio, dejando al cadáver del jefe de estrategia de la insurrección palestina allí, con 170 balas adentro. Sin embargo, en las dos décadas siguientes, el movimiento palestino sólo creció.

El método es denominado «decapitación» de grupos terroristas, y un reciente bombardeo estadounidense n Pakistán ha vuelto a plantear la cuestión: la eliminación de Osama bin Laden y de su lugarteniente Ayman al-Zawahri ¨propinarán un golpe mortal a la red terrorista?

«La decapitación sólo sirve para alimentar al movimiento», dice Jenna Jordan, una experta de la universidad de Chicago que ha estudiado el registro histórico de esas tácticas antiterroristas.

«Creo que esa es la lección de los esfuerzos hechos por Israel a lo largo de los años», señala por su parte Brian Jenkins, analista de terrorismo que trabaja para la firma de investigaciones RAND Corporation.

Pero, rápidamente añade, «eso no significa que uno no debe hacerlo».

El ataque con misiles del 13 de enero muestra una vez más que el gobierno de Estados Unidos todavía intenta hacerlo.

El bombardeo en la madrugada en una remota aldea paquistaní, presuntamente dirigido contra al-Zawahri, mató a 13 aldeanos, incluidos mujeres y niños, y posiblemente a agentes de segunda fila de al-Qaida, pero no al lugarteniente de bin Laden. El impacto inmediato puede observarse en las calles de Pakistán, donde millares han participado en demostraciones de protesta gritando «­Muerte a Estados Unidos!», y expresando su apoyo a la «yihad», o guerra santa.

«Cuando ocurre un caso como el de Pakistán, donde muere tanta gente inocente, se generan titulares noticiosos que sólo causan más odio y alimentan al movimiento», dijo Jordan, quien en el 2004 publicó un estudio examinando 72 casos internacionales desde hace casi un siglo en el cual dirigentes de movimientos terroristas fueron asesinados.

Según determinó Jordan, en la mayoría de los casos los movimientos continuaron, especialmente si fueron de connotación religiosa como al-Qaida. Sólo uno de cada cinco grupos religiosos violentos colapsó cuando sus líderes fueron eliminados, dijo.

Una de las más espectaculares «eliminaciones» ocurrió en 1988, cuando comandos israelíes ingresaron a Túnez y atacaron la vivienda de Jalil al-Wazir, también conocido como Abu Jihad, número dos en la jerarquía de la Organización para la Liberación de Palestina, y arquitecto del levantamiento que había estallado cinco meses antes en los territorios ocupados por Israel.

Abu Jihad fue asesinado, pero la «intifada» continuó, y para la década del noventa, todavía más grupos palestinos se unieron a ella. A eso siguieron más decapitaciones. Usando tecnología de seguimiento muy moderna, los israelíes han logrado en los últimos meses atacar en particular a dirigentes del grupo fundamentalista islámico Hamas. 

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