Ven reforma migratoria está en manos de Bush

Ven reforma migratoria está en manos de Bush

WASHINGTON (AFP).- La eventual legalización de millones de indocumentados en Estados Unidos aprobada por el Senado sólo sobrevivirá a la audiencia de conciliación entre ambas cámaras del Congreso si el presidente George W. Bush está dispuesto a arriesgar capital político antes de las legislativas de noviembre, advirtieron ayer, viernes, analistas y legisladores.

La reforma migratoria amplia aprobada el jueves prevé la legalización de unos nueve de los 12 millones de indocumentados que residen en el país, además del aumento de la seguridad fronteriza y el otorgamiento de 200.000 nuevas visas de trabajo temporarias por año.

Pero ese plan se opone radicalmente al proyecto de ley votado por la Cámara de Representantes en diciembre pasado (HR 4437), que se limita a reforzar las fronteras y a criminalizar a los indocumentados, así como a quienes los ayuden y empleen, sin mencionar su legalización ni programa alguno de trabajadores temporarios.

El único capaz de cerrar la brecha entre republicanos moderados y radicales enfrentados sobre el asunto es el propio Bush, indican legisladores, analistas y defensores de inmigrantes.

“Es crítico que el presidente Bush utilice su capital político en esto”, dijo a la AFP Louis DeSipio, experto en asuntos hispanos de la Universidad de California en Irvine.

“La comisión de conferencia (entre las dos cámaras) sólo logrará un acuerdo si está sometida a presión política, y ésta vendrá de dos lados, de los votantes y del presidente Bush. (Su presión) será particularmente importante para republicanos moderados en la Cámara de Representantes que apoyaron la HR 4437 porque no había una alternativa”, añadió.

El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Harry Reid (Nevada), coincidió en que “la única persona con el poder para proteger de manera absoluta el proyecto de ley del Senado es el presidente Bush”.

“El futuro de una reforma migratoria amplia está en sus manos, no en las nuestras. Debe rechazar públicamente la posición de la Cámara baja y decirles que está ‘muerta desde el inicio’”, opinó.

Pero la tarea será sumamente difícil.

“El Presidente envió a Karl Rove, gurú en jefe, a la conferencia republicana, esta semana y la semana pasada (…) Y (los representantes republicanos) le saltaron encima. Y dijeron que el Presidente no está con el pueblo estadounidense”, admitió el presidente de la Cámara de Representantes, James Sensenbrenner (Wisconsin), que lideró la aprobación de la HR 4437.

Legalización equivale a “amnistía”

Según Sensenbrenner, el camino a la ciudadanía para los indocumentados que obtengan la legalización equivale a una “amnistía” y de ninguna manera los representantes que integren la comisión para conciliar ambos proyectos de ley le darán su visto bueno. Los republicanos arriesgan perder la mayoría en una o ambas cámaras del Congreso en noviembre, y el desenlace de la reforma migratoria, politizado al extremo, será clave.

La Casa Blanca busca un difícil equilibrio para satisfacer tanto a su base más conservadora, que exige un endurecimiento de las fronteras, como al electorado hispano, que pide legalización para todos los indocumentados, y a los empresarios, que reclaman mano de obra barata.

Aunque los grupos de inmigrantes se congratularon del voto en el Senado, dijeron que esperan que un mejor proyecto emerja de la conferencia.

“Sabemos que el camino por delante es incierto. No aceptamos ni aceptaremos un proceso en conferencia donde la Cámara y el Senado necesiten acomodar a los extremistas que diseñaron la propuesta de Sensenbrenner”, dijo Frank Sharry, director del Foro Nacional de Inmigración.

“Es preferible no tener una propuesta a tener una propuesta mala”, sentenció.

Janet Murguía, presidenta del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la mayor organización de defensa de los hispanos del país, advirtió que “no tendremos miedo de oponernos vigorosamente al resultado si creemos que no funcionará”.

“El comité de conferencia no será un paso fácil”, pero “la arquitectura del proyecto de ley del Senado es el inicio correcto”, destacó Cecilia Muñoz, vicepresidenta de NCLR.

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