Se habla de que existen tensiones entre su oficina y el equipo del presidente, Joe Biden, a la vez que sus actividades pasan cada vez más desapercibidas en el gobierno
El aura de Kamala Harris, la primera vicepresidenta de EE.UU., se ha ido diluyendo con el paso de los meses, en medio de las informaciones de tensiones entre su oficina y el equipo del presidente, Joe Biden, a la vez que sus actividades pasan cada vez más desapercibidas.
Harris, quien llegó al cargo haciendo historia como la primera mujer, la primera afroamericana y la primera persona de origen asiático en acceder al puesto, lucha ahora por redefinir su perfil como vicepresidenta y recuperar la atención de los ciudadanos. Mientras, en el horizonte, aguarda la posibilidad de que en 2024 sea la aspirante demócrata para convertirse en la primera presidenta de EE.UU.
Harris ha vivido unas turbulentas semanas, en las que ha visto cómo los medios estadounidense reportaban sobre las tiranteces en la Casa Blanca entre su equipo y el de Biden, caía su popularidad en picado y anunciaba su marcha una de sus principales asesoras. Hace una semana un amplio reportaje televisivo de la cadena CNN exponía “un arraigado desajuste y falta de foco” en la oficina de la vicepresidenta, así como el descontento interno; mientras que el portal Politico informaba sobre su reciente viaje a Francia bajo el título de “Kamala Harris pasa desapercibida en París».
El pasado jueves, además, se conoció que su directora de Comunicación, Ashley Etienne, dejaba el cargo para “perseguir otras oportunidades”, según el comunicado oficial de su oficina. En su California natal, Mark Barabak, columnista del diario Los Angeles Times, publicaba un artículo titulado “La increíble desaparición de Kamala Harris”, en el que reconocía que “el principal requisito del cargo (de vicepresidente) es apartarse de los focos, excepto para aplaudir al presidente y su agenda».
“Virtualmente todos los vicepresidentes en la historia moderna (…) han parecido más pequeños de lo que eran cuando aceptaron el cargo”, indicó Barabak. Uno de los principales problemas es que ha sido encargada con una de las tareas más complejas de la Administración- la gestión de la crisis migratoria en la frontera sur de EE.UU., donde no cesan de llegar migrantes de Centroamérica y México.
Biden, consciente de la dificultad, designó a Harris, de 57 años, como la coordinadora de los esfuerzos, por ahora infructuosos, de controlar el flujo migratorio masivo. “No vengan (a EE.UU.)”, dijo la vicepresidenta estadounidense a migrantes potenciales en un polémico discurso en Guatemala que fue criticado duramente desde el ala progresista del Partido Demócrata. Ha tenido, además, varios desafortunados incidentes.