WASHINGTON (AFP).- La victoria de Evo Morales en las elecciones bolivianas y el crecimiento de la izquierda en América Latina deben instar a Estados Unidos a cambiar su política y adaptarla a las exigencias sociales de la región, aconsejaron analistas consultados por la AFP en Washington.
Estados Unidos debe aceptar que se están produciendo cambios importantes e irreversibles en América Latina y no tratar de frenarlos, sino aceptarlos y trabajar con los gobiernos electos, aseguró Michael Shifter, vicepresidente de Diálogo Interamericano.
El peligro ahora es que Washington considere a Morales una amenaza y que lo trate duramente agregó. Esa sería la mejor manera de lograr que el boliviano caigue definitivamente en los brazos del presidente venezolano, Hugo Chávez, el mayor adversario de Washington en la región, advirtió.
Hasta ahora, el Gobierno estadounidense se mostró muy cauto.
La secretaria de Estado Condoleezza Rice se limitó a decir que las relaciones entre ambos países iban a depender del comportamiento del gobierno de Morales, aunque también advirtió que el país andino no podía quedarse aislado del resto del mundo y abogó por una cooperación económica.
Al respecto, Stephen Donehoo, de Kissinger McLarty Associates, pidió que la agenda del Gobierno de George W. Bush para América Latina no se limite al libre comercio.
Estados Unidos tiene que buscar una política más compleja que pueda enfrentar varios temas en el mismo momento, para tratar de mantener relaciones cordiales con la gran gama de temas que nuestros países vecinos en el hemiferio enfrentan, afirmó.
Hay que hallar una manera de que los Gobiernos de nuestros países vecinos puedan darles soluciones a los temas de salud, de educación, de pobreza, agregó el experto, en medio del crecimiento de la izquierda en países como México y de movimientos nacionalistas como el del peruano Ollanta Humala.
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El apoyo de Washington a la región tiene que ser palpable para la población a fin de que cambie verdaderamente el pensamiento de los latinoamericanos sobre Estados Unidos, subrayó el analista independiente Miguel Díaz, convencido de que el libre comercio no cumplió las esperanzas de la gente de la región.
Washington no debería aferrarse a una política que no funciona y que de una manera indirecta ha desestabilizado al país, agregó Katryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información, en alusión no sólo a la política comercial de Washington, sino a su programa de erradicación de cultivos de coca.
Hay en la población, especialmente en los estratos más pobres, un resentimiento por las políticas de erradicación de la coca que debían andar acompañadas de programas sociales que no llegaron a concretarse, advirtió Jaime Daremblum, director de estudios latinoamericanos del Instituto Hudson.
Shifter admitió, no obstante, que el cambio de política de Estados Unidos debe vencer serias resistencias antes de ser una realidad.
Hay un problema de actitud de algunas personas en Washington que ven cualquier manifestación de independencia en América Latina como una ruptura con Estados Unidos, porque tienen la idea de que se trata de una patio trasero que tiene que seguir la pauta de Estados Unidos, explicó.
Hasta que esos funcionarios no renuncien a esa actitud muy poco productiva, es muy difícil tener una política más exitosa en la región, admitió.