Vendedores de troncos dicen madera que consiguen es legal

Vendedores de troncos dicen madera que consiguen es legal

Un vendedor de productos hechos con troncos de madera afirmó ayer que consigue los árboles de oportunidad en diferentes pueblos y en Santo Domingo.
Según Cesáreo Contreras, dueño del negocio “Canastas Tropicales”, ubicado en la avenida Winston Churchill, entre Charles Summer y José Amado Soler, los troncos que obtiene son totalmente legales, pues proceden de fincas cuyos dueños deciden construir viviendas, para lo cual deben talar los árboles.
“Uno la consigue de oportunidad, en un solar baldío que tiene árboles y, después que sacan su permiso y los tumban, uno los aprovecha”, apunta. Y agrega: “Lo que yo tengo aquí tiene su permiso legal. Yo no vendo nada que tenga que ver con la ilegalidad”.
Allí ha confeccionado una gama de productos madereros: mesas y bandejas que sirven para picar carne y sostener platos calientes.
La madera más abundante en el negocio es el samán, aunque también hay acacia. Los troncos proceden, principalmente, de pueblos como Barahona y San Cristóbal.
La técnica consiste en cortar los troncos en forma de lonjas, y luego se elaboran los productos.
Aunque Contreras insiste en que adquiere los troncos de oportunidad, explica que “rebanarlos” en aserraderos resulta muy costoso.
Según él, los más interesados en adquirir productor elaborados con troncos de árboles son restaurantes, casas de familia, pintores y negociantes.
La venta de esos materiales no es la única ocupación de Contreras. En efecto, él también se dedica a la comercialización de productos navideños, accesorios y charamicos.
En la misma avenida, pero en la esquina con la calle Rafael Augusto Sánchez, hay otro puesto que vende obras igualmente hechas con troncos de madera.
En efecto, allí Pancho Mejía sostiene un villorrio con piezas enganchadas que cuelgan como platillos de madera.
Si su negocio es informal, su variedad es menor que el de Contreras. Además, Mejía no está plenamente consciente del origen de la madera. Solo sabe que se la llevan, pues el dueño del negocio es otro, según él.

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