Venecia acoge regreso de Peter Bogdanovich

Venecia acoge regreso de Peter Bogdanovich

Venecia (Italia). EFE. En la década de los 70 fue uno de los realizadores estrella de la última edad dorada de Hollywood, pero la filmografía (y la vida) de Peter Bogdanovich (Nueva York, 1939) han conocido altibajos. El Festival de Venecia acogió ayer su regreso a lo grande con la comedia “She’s Funny That Way”.

Owen Wilson, Imogen Poots y Jennifer Aniston brillan en un guión escrito entre el propio Bogdanovich y su mujer, Louise Stratten, y que permaneció durante más de 15 años en un cajón debido a la repentina muerte de quien iba a ser su protagonista, John Ritter.

“Cuando conocí a Owen vi algo mágico en él, y decidí que podría recuperar el proyecto con él como protagonista», ha explicado hoy el director neoyorquino en rueda de prensa, acompañado por el propio Wilson.

La película cuenta con Wes Anderson y Noah Baumbach como productores ejecutivos y un cameo de Quentin Tarantino que fue aplaudido rabiosamente durante la exhibición de la cinta, fuera de concurso.

Todo un ajuste de cuentas generacional con el autor de grandes títulos como “La última película” (1971), “Qué me pasa doctor” (1972) o «Luna de papel» (1973), que le situaron en la cresta de la ola de lo que se llamó el “Nuevo Hollywood”, junto a Francis Ford Coppola o William Friedkin.

Con guiños a la comedia de enredo del Hollywood de los años 30, a “El pecado de Cluny Brown”, de Ernst Lubitsch, y a la propia biografía de Bogdanovich, “She’s Funny That Way” cuenta la historia de un director de Broadway (Wilson) que se encapricha de una prostituta (Poots) y le ayuda a comenzar su carrera como actriz.

La mujer del director (Kathryn Hahn), la psicóloga del grupo (Jennifer Aniston), su marido (Will Forte), un actor de la compañía (Rhys Fan) y algún personaje más, completan un abanico casi coral que arranca carcajadas con diálogos rápidos y una dosis de caos. “La risa del público es el mejor regalo para un director», decía ayer el también crítico de cine y periodista, famoso por sus entrevistas y perfiles de las grandes estrellas del Hollywood clásico.

En el cine las cosas se le torcieron con su cuarta película, “Daisy Miller” (1974). La misma prensa que le había llevado a lo más alto, le acribilló.

Con “Saint Jack” (1979) se recuperó un poco, pero luego llegó el mazazo de “They All laughed”, una película marcada por el trágico asesinato de la actriz y amante de Bogdanovich, Dorothy Stratten, justo después de finalizar el rodaje.

En Venecia Bogdanovich no ocultó cierta nostalgia hacia los viejos tiempos. “No me gusta morder la mano que no me da de comer”, bromeó, “pero desafortunadamente Hollywood ha ido en la mala dirección con tantas precuelas, secuelas y superhéroes”. “Cuando James Cameron se gastó 150 millones en ‘Titanic’ todos decían que se iba a estrellar. Después, todos querían hacer lo mismo”, añadió Bogdanovich, quien se hizo un nombre con “The Last Picture Show”.

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