Venecia Ciudad flotante que guarda tesoros históricos y culturales

Venecia Ciudad flotante que guarda tesoros históricos y culturales

Cuántos no han querido alguna vez en su vida navegar en góndola en una hermosa ciudad, cuyo elemento que la distingue de las demás son sus calles mojadas, las cuáles guardan en sus profundidades sueños, alegrías e historias de romances, muchos duraderos y algunos efímeros.

Denominada «la Ciudad de los Canales», Venecia es la capital de la región de Véneto. Está situada sobre un conjunto de islas que se extienden en una laguna pantanosa en el Mar Adriático, entre las desembocaduras del río Po (sur), y Piave (norte), al nordeste de Italia.

Según fuentes en Internet, Venecia tiene aproximadamente 320.000 habitantes y está compuesta por 120 islitas unidas entre sí por 450 puentes. Se llega a Venecia desde tierra firme por el Puente Translagunero que accede a la Piazzale Roma.

Desde su fundación, la ciudad ha sufrido los efectos de inundaciones periódicas. En la actualidad la misma se considera en grave amenaza por las repetidas inundaciones.

En primavera y otoño tiene lugar el agua alta dos veces al día y la plaza de San Marcos se inunda de agua hasta tal punto que tienen que colocar pasarelas de madera sobre las que la gente tiene que andar en fila india.

Según informaciones obtenidas en la web, el gobierno italiano prepara un proyecto para levantar unos diques móviles que se cerrarían en caso de aumento del nivel del agua del mar, por lo que es probable que la ciudad sea más segura para sus habitantes y sus visitantes.

En la Antigüedad esta región estaba habitada por el pueblo véneto. Cuando los germanos empezaron a invadir Italia en el siglo V, los habitantes de algunas ciudades (Padua, entre otras) se refugiaron en estas islas.

Se establecieron y llegaron a tener su propio gobierno presidido por 12 tribunos, tantos como islas principales había. Casi desde el principio esta comunidad fue autónoma, y nombraron un dux o dogo. El cargo era vitalicio. Los dogos de los siglos VIII y IX supieron mantener su autoridad en el Senado. Eran muy inteligentes, conocían el mundo que les rodeaba, mantenían relaciones con Oriente y Occidente y sabían lo que querían. Su máxima expansión y esplendor fue en el siglo XV.

Venecia está rodeada de lagunas de poco fondo; eso le valió siempre como gran defensa. En sus aguas encallaban fácilmente las naves que no conocían los fondos, así es que era como una ciudad atrincherada dentro de grandes murallas. Las murallas de Venecia son los bancos peligrosos de arena que quedan casi al descubierto en bajamar. Para llegar desde el Adriático había que conocer los pasos, que en tiempos de paz se señalaban con hileras de palos con luces para la noche.

Son famosos sus canales, los cuales componen un gran entramado a modo de calles que parten del Gran Canal, que es como una gran avenida por donde discurren multitud de embarcaciones, grandes y pequeñas, siendo estas últimas las conocidas góndolas.

La plaza de San Marcos, según Napoleón Bonaparte, era «El salón más bello de Europa». (Hay que entender la palabra salón como sinónimo de plaza). Las demás plazas de Venecia se llaman campo. El suelo es de losas de piedra de Istria.

La plaza está delimitada por edificios famosos: al fondo, la fachada de la basílica de San Marcos, el Campanile de ladrillo, (desde allí señalaban la llegada de los barcos y los incendios de la ciudad. Hay que subir para ver la vista de Venecia), el Palacio patriarcal, la Torre del Reloj.

Delimitando la gran plaza con una longitud de casi 500 metros están los dos edificios llamados Procuradurías Viejas y Procuradurías Nuevas, cuyas fachadas son una continua arcada.

El edificio de las Procuratie Vecchie (Procuradurías Viejas) es la sede de procuradores y magistrados encargados de la conservación de la basílica. El edificio se encuentra a la derecha de la basílica. En el lado opuesto se encuentran los edificios de la Procuratie Nuove (Procuradurías Nuevas). Al fondo de la plaza de San Marcos, entre estos dos edificios se encuentra la Fabricca Nuova, hoy museo Correr.

En el extremo del edificio de las Procuradurías Viejas, en el ala norte de la plaza se encuentra esta torre, llamada también de Los dos Moros. Da acceso al barrio de las Mercerías. En el centro de la torre se muestra el gran reloj que señala las horas, los días y el curso de los planetas y las estrellas. En lo alto se ven las figuras que han dado el nombre de moros y que dan las horas golpeando una campana. Se puede subir a la terraza donde se encuentran.

Cómo llegar a Venecia

El aeropuerto Marco Polo está a 13 kilómetros del centro de Venecia. Si desea viajar en taxi desde el exterior de la terminal del aeropuerto hasta Piazzale, en Roma, el viaje dura 30 minutos y cuesta unos 25 euros.

Pero si prefiere viajar en autobús, estos van desde el aeropuerto Marco Polo hasta Piazzale Roma, el Blue Bus (30 minutos – precio, unos 2,5 euros – el conductor vende los billetes) o el número 5 (50 minutos – precio, aproximadamente 1 euro – billete en la tienda de periódicos de la terminal). Los autobuses parten del exterior de la terminal del aeropuerto. Valide siempre su billete perforándolo en las máquinas que encontrará para este propósito. Si prefiere viajar en barco puede abordar uno cada hora en el muelle del aeropuerto. El precio del boleto es de aproximadamente 8 euros.

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