Venezolano divierte en avenidas haciendo actos de malabarismo

Venezolano divierte en avenidas haciendo actos de malabarismo

La creatividad y laboriosidad de los venezolanos que huyen hacia la República Dominicana por la crisis de su país es puesta de manifiesto en las principales avenidas capitalinas, donde no solo pregonan sus tradicionales cachapas y arepas, sino que además montan escenas circenses para deleite y distracción de conductores y transeúntes.
Su fuerza de trabajo es diversa y está siendo aprovechada por diversas empresas incluidas salones de belleza, Spa, peluquerías y hasta medios de comunicación, pero la novedad en nuestro país son los malabaristas que, a cambio de algunas monedas, muestran con gracia sus habilidades en plena vía pública, aprovechando el semáforo en rojo.
A José Manuel Gil lo encontramos en la intersección de las avenidas Independencia y Máximo Gómez; en la avenida 27 de Febrero o la México. Es atracción a cualquier hora del día.
Tiene dos meses que llegó a la República Dominicana, y su radio de acción abarca ya hasta la ciudad turística de Punta Cana, al Este del país.
“No vine a pedir dinero; este es mi oficio. Lo hago en las calles porque mucha gente pobre no puede pagar para ir a un circo, entonces yo le facilito la diversión y a la vez le doy publicidad a mi trabajo que también hago en discotecas, bodas, fiestas y escuelas”, dijo Gil al ser entrevistado por esta reportera.
Afirma que económicamente le va “muy bien” con su espectáculo en las calles, donde se le ve lanzando y aparando varios bolos al aire, y luego pasar un sombrero recolector entre los conductores que muestran su complacencia, depositándole monedas.
“No puedo decir una cifra exacta porque la cantidad varía; lo más que he hecho en un día en este país son RD$4,500. Eso lo hice una sola vez, cuando llegué, porque la gente rica es muy pichirri (tacaña) aquí; no sé por qué una gente que tiene tanto dinero en el mundo te da uno o dos pesos; eso es una humillación”, consideró.
También refiere que hay público que “son pesados, que tienen una energía muy fea”, pero que él todo eso lo cancela, lo transmuta, y agarra solo lo bueno.

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