Agobiados por la peor crisis económica de su historia y las dudas de muchos sobre la pulcritud de su sistema electoral, los venezolanos acudieron ayer a las urnas para unos comicios donde el oficialismo aspira a arrasar en los consejos municipales ante una oposición que mayoritariamente decidió boicotear el proceso por considerar que no existen condiciones suficientes para garantizar elección justa y transparente.
En los comicios se elegirá a 2,459 concejales, entre ellos 69 representantes indígenas, en 335 municipios en la capital y los 23 estados del país. Unas 20.7 millones de personas mayores de 18 años están habilitadas para votar, incluidos 230,010 extranjeros con más de 10 años de residencia en el país.
Como se esperaba, muchos centros de votación lucían vacíos, según constató AP en recorridos por el centro y el este de Caracas.
La popularidad del presidente Nicolás Maduro cayó en barrena durante su mandato, pero a pesar de ello se espera que la alianza oficialista salga victoriosa ante una oposición dividida y sin rumbo, particularmente después de las protestas antigubernamentales efectuadas entre abril y julio de 2017 en las que más de 120 murieron y se fracasó en el intento de derrocarlo.