Múltiples son los procesos progresistas y de lucha que se desarrollan hoy en América: en Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay, Paraguay, Brasil, Ecuador, México. Las masas despiertan y luchan, y en algunas latitudes, tumban gobiernos con sus colosales movilizaciones. Gobiernos progresistas se mueven en la disyuntiva de ceder ante el gran capital financiero o fortalecer los pasos progresistas a los que se han comprometido.

(Sí! La correlación de fuerzas favorece, todavía, al imperialismo y a las fuerzas que le sirven de sirvientes y sostén en nuestros países, pero no hay dudas de que en los últimos años los vientos de lucha y los pujos progresistas, se hacen cada vez más evidentes. En algunas latitudes, el grado de sumisión y abyección ante el imperio y los grupos de poder en cada país, de los intelectuales, comunicadores y las «élites pensantes», es algo, en extremo vergonzoso. Tal es el caso de nuestro país. (Pero no hay dudas de que vientos de lucha y pujos progresistas crecen a lo largo de todo el continente.

Y así como todas las luchas y sueños acumulados en estos procesos continentales, se concentraron, en su momento, en la Cuba Revolucionaria de 1959 y los años posteriores, y en los momentos gloriosos de la revolución sandinista y centroamericana, hoy en día, la batalla decisiva se está librando en Venezuela.

En su momento, el poder norteamericano y todas las clases reaccionarias de América Latina, se concentraron en destruir el sueño venido de Cuba y la Sierra Maestra. Y a finales de los 70s y principios de los 80s, esas mismas fuerzas negativas, se concentraron en destruir el sueño Sandinista y toda la Revolución Centroamericana. (República Dominicana tuvo también su «momento» en los días gloriosos de la Guerra de Abril! Toda la fuerza del imperio más poderoso de la tierra y de las clases reaccionarias que siguen su bastón de mando, se concentraron en destruir el sueño de los dominicanos y dominicanas.

Ahora la atención del imperio y de todos los reaccionarios de América se concentra en la Venezuela de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana. El 15 de agosto próximo es la batalla decisiva de esta guerra. Venció abrumadoramente al imperialismo y la oligarquía venezolana en siete elecciones limpias; aplastó un golpe de estado fascista, apoyado por el imperialismo; venció la huelga ilegal de tres meses, que paralizó la industria petrolera. (Ahora, en una batalla decisiva, se enfrenta al proceso revocatorio del 15 de agosto, y si el imperialismo logra la pírrica mayoría que exige la constitución, se enfrentará en unas nuevas elecciones a todo el poder de la potencia más poderosa de la tierra y al de todos los reaccionarios de América Latina.

Esta es una batalla decisiva. Si vencen los vientos revolucionarios y de progreso, una bocanada de aire fresco inundará los campos y calles de todos los países latinoamericanos. El imperialismo lo sabe. Lo sabe también la «élite» que durante 45 años desangró a Venezuela. (No hay términos medios en esta batalla! (Se gana o se pierde! Si gana el pueblo de Venezuela, la situación de todo el continente cambiará a favor de los pueblos. Nuevos bríos alentarán los corazones y la esperanza de los pueblos y muchas otras batallas se librarán para demoler los diques que se oponen al cambio de rumbo en todas nuestras naciones.

Han pasado muchos años desde que Chávez y su Revolución Bolivariana se sometieron a la primera de las siete elecciones limpias que lo validaron en el poder y que validaron la Constitución Bolivariana. No se trata ya de una población, deseosa de cambios, hastiada de los partidos de la oligarquía que los regentea. (No! Ahora se trata de un pueblo que ha pasado por siete elecciones, un golpe de Estado, una huelga petrolera subversiva y muchos años de acción desestabilizadora desde las instancias de los poderes permanentes de la oligarquía venezolana y de los norteamericanos.

(No es el mismo pueblo de 1999 al que se enfrenta hoy el imperialismo y la oligarquía venezolana! (En Venezuela hay, ya, una corriente creciente de gentes del pueblo que tiene una práctica revolucionaria y que están dispuestos y dispuestas a defender lo que consideran, hoy, una conquista de su propia lucha!

(Muy distinta la situación! El imperialismo lo sabe. Lo saben también los reaccionarios venezolanos, que han demostrado mucho más cojones que todos los reaccionarios de este continente de gobernantes y oligarquías temerosas y abyectas.

Por eso es decisiva la batalla que se libra hoy en Venezuela. Por eso es necesario poner en tensión todas las fuerzas que puedan desplegar los pueblos y los elementos revolucionarios y progresistas de América. Ponerlas en tensión y estar dispuestos y dispuestas a desplegarlas, en los momentos decisivos. (Así de crucial es la situación! (Así de simple son las opciones!